La Ley de Memoria Democrática aprobada en el Congreso en julio, tras el acuerdo entre el Gobierno español y EH Bildu, incluía la designación como lugares de la memoria sitios como el Fuerte de Ezkaba en Nafarroa o el palacio de La Cumbre en Donostia. La norma prevé asimismo la creación de un inventario estatal de lugares de la memoria que tendrá una finalidad informativa, conmemorativa y didáctica. Es por esa razón que las asociaciones memorialistas ha empezado a preparan un inventario más completo. Una de las primeras candidaturas que se han propuesto ha sido la villa de Gernika que fue bombardeada por la legión Condor. La incursión aérea dejó un saldo de más de 1.600 persona muertas y el 70% de los edificios destruidos.

La ley contempla que se incluyan en el inventario aquellos espacios en los que se hayan producido hechos de especial relevancia, vinculados a la represión y la violencia sobre la población que se desató tras el golpe de Estado de 1936 y hasta el año 1983. Las asociaciones de la memoria consideran que deben ser muchos más los lugares de la memoria que deben figurar en ese inventario. A juicio de estas entidades deberían incluirse también lugares de fusilamiento, centros de detención ilegal, campos de concentración, presidios, lugares de tortura, así como los homenajes a las víctimas que se ha erigido con posterioridad. Un amplio abanico que incluye prácticamente todas las expresiones de la memoria de la represión. Puede que haya quien considere excesivo el listado, aunque, por otra parte, conviene recordar que todavía hay miles de personas que continúan desaparecidas y que los esfuerzos hechos hasta ahora para exhumar e identificar a los muertos han sido bastante limitados. Tampoco hay que olvidar las enormes trabas que se mantienen y que impiden conocer la verdad o enjuiciar a los culpables de la represión.

En lo que respecta al golpe de Estado de 1936 y la represión posterior, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición son todavía objetivos lejanos. Cuando las leyes se suceden pero los avances son exiguos, que al menos el mapa de la represión sea lo más exacto posible.