Un poder económico cada vez más siniestro

La Audiencia Nacional ha imputado al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y a otros tres directivos de la compañía por los encargos que la multinacional con sede en Bilbo hizo al excomisario José Manuel Villarejo. Con Galán ya son cuatro los presidentes de grandes empresas imputados en esta trama: Francisco González (ex BBVA), Isidro Fainé (ex CaixaBank) y Antonio Brufau (Repsol). Parece ser que contratar a personajes del hampa se ha convertido en una práctica habitual entre los grandes oligopolios del Ibex. Las cloacas atraviesan ahora las plantas nobles de las multinacionales de postín.

El contenido de los contratos con Villarejo es alucinante: espiar a un juez, infiltrarse en plataformas contrarias a los intereses de Iberdrola, hostigar a miembros del comité de empresa de la central nuclear de Cofrentes o investigar a un accionista crítico con la gestión. Unas actividades más propias del guion de la serie de “Los Soprano” que de unas empresas con una imagen respetable, en tonos verdes e innovadores, gracias a los cuales se van a llevar la parte del león de los fondos europeos. Luego la UE no podrá decir que no sabía a quiénes financiaba. El espionaje muestra la despiadada lucha por el poder entre bambalinas, que nada tiene que ver con la competencia o el mercado. Sirve, asimismo, para comprender mejor el modo en que suben los precios de suministros básicos, como la electricidad, para exprimir a la gente corriente. Pero lo más espeluznante es que poderosas corporaciones se dediquen a amedrentar a activistas medioambientales y sindicalistas. ¿Tal es su debilidad? Tal vez eso explique que, como señala Global Witness, cada año caigan abatidos alrededor de dos centenares de activistas en todo el mundo defendiendo su tierra.

Tras esa apariencia de modernidad tan bien cultivada, el gran capital español sigue rigiéndose por códigos más propios de mentalidades clánicas. El capitalismo hispano, como el resto del Estado posfranquista, necesita de una ruptura democrática que desmonte esos siniestros monopolios y descentralice el poder económico.

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