Un potencial de país que no puede desaprovecharse

Este fin de semana no solo trae a Euskal Herria las buenas noticias de la sustancial reducción de muertes y contagios y el pase a la fase 2 de la desescalada. En puntos más relegados o directamente inexistentes del panorama informativo se encuentra otra sucesión de logros que merecen subrayarse. Sin ir más lejos, hoy en estas páginas puede leerse la colaboración de UPV-EHU, Ikerbasque y Osakidetza con el centro de aplicaciones matemáticas BCAM para lograr un modelo de predicción eficaz de la pandemia. Las siglas de la UPV-EHU auspiciaron también uno de los primeros test validados a nivel estatal, aunque finalmente su utilización práctica haya quedado notablemente rebajada. Varios otros laboratorios vascos le han seguido después, también con sus aportaciones propias. Bexen Medical, empresa de una cooperativa guipuzcoana, va a producir al menos 60 millones de mascarillas, si bien ni mucho menos todas ellas revertirán en Euskal Herria debido a la centralización de compras impuesta desde Madrid.

En plena pandemia, académicos vascos han impulsado el manifiesto ‘Euskal Herria post-covid-19’, que aboga por una economía ecológica y está teniendo eco e impacto inspirador más allá de nuestras fronteras. La asociación Ai Laket! de personas consumidoras de drogas ha recibido un reconocimiento internacional por mantener su labor en estas semanas de confinamiento en que se hacía más imprescindible aún. El grupo de investigación universitario Ixa ha ganado un concurso oficial en Estados Unidos con su proyecto de aplicación de la inteligencia artificial en la covid-19. Y la lista de aportaciones seguiría y seguiría...

Pese a la paralización general provocada por la pandemia, la inteligencia del país no se ha detenido; tampoco una capacidad de producción reinventada sobre la marcha y desarrollada con todas las limitaciones que imponía la seguridad sanitaria. Es un capital enorme que merece valorarse, conectarse y sobre todo no desperdiciarse.

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