Un tiempo para la reflexión en Catalunya

Es difícil tratar de entender lo ocurrido ayer en el Parlament de Catalunya sin recordar que la actual Cámara surgió tras unas elecciones impuestas por el Gobierno español en diciembre de 2017, después de aplicar por primera vez el artículo 155 de la Constitución española. Decir que la retirada del acta de diputado al president, Quim Torra, supone una injerencia intolerable de la Justicia española en la política catalana es razonable, pero también, si se permite, una obviedad. Toda la legislatura ha estado marcada por esa injerencia; baste recordar que Torra no fue sino la cuarta opción tras los sucesivos vetos españoles a Puigdemont, Sànchez y Turull, encarcelado tras votar la CUP en su contra en la primera votación. El 155 no se fue con la elección de Torra, vino para quedarse.

La respuesta a esta situación ha dividido al independentismo desde el inicio de la legislatura, en un debate en el que se mezclan por igual divergencias estratégicas reales e intereses electorales. Ambas son lícitas y comprensibles, pero quizá sería hora de analizarlas y presentarlas por separado. La acción represiva busca, entre otras cosas, dificultar el entendimiento entre las diversas familias del independentismo e impedir una reflexión conjunta sobre el modo de volver a caminar hacia un objetivo común, la independencia, que el desenlace de 2017 situó más lejos de lo que muchos pensaban. Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, y la gestión de todo ello es, a la fuerza, complicada; pero cabe recordar que, más que el acta de Torra, es el colapso del independentismo lo que busca el Estado español.

Aunque Torrent chutó ayer el balón hacia adelante suspendiendo el pleno, la situación es delicada. Haya elecciones o no, cabría esperar que los partidos independentistas lograsen decidirlo con un mínimo consenso, de forma que se evitase el colapso y se pudiese abrir un escenario en el que sea posible superar el estéril cortoplacismo de la actualidad. Sobre todo porque, si no hay sorpresas, no parece que las elecciones tuviesen un resultado demasiado diferente al actual.

Bilatu