Una reforma de Lanbide no sin obstáculos

La consejera de Trabajo y Empleo de Lakua, Idoia Mendia, presentó ayer el Proyecto de transición y mejora de Lanbide-Lanbide hobetzen en el que se detallan los cambios a realizar en su estructura y funcionamiento con el objetivo de que se convierta en un servicio de empleo eficaz. Mendia reconoció que en la actualidad es visto por la sociedad como un mero gestor de ayudas y no como un servicio de empleo. Algo lógico, por otra parte, teniendo en cuenta su débil desempeño: apenas interviene en el 4% de los contratos que se firman. Incluso doblando ese número no llegaría a intermediar ni en uno de cada diez.

Desde un punto de vista progresista y de construcción de país, cualquier propuesta que busque mejorar la utilidad y el rendimiento de un servicio público es una buena noticia. La Administración no está para despilfarrar recursos, mucho menos en la actual coyuntura, e independientemente de lo que haga la iniciativa privada, unos servicios públicos eficientes redundarán siempre en beneficio de toda la comunidad. Sin embargo, la propia consejera reconoció algunos límites a su iniciativa y calló otros. Dijo que esta legislatura habrá una ley vasca de empleo, pero asumió a continuación que su eficacia dependerá de los cambios que se hagan en el Estatuto de los Trabajadores; es decir, hace falta revertir las reformas laborales actualmente vigentes, y eso es algo que, por desgracia, se decide en Madrid. Por otro lado, habló de la necesidad de alcanzar consensos con los agentes económicos y sociales, sin especificar cómo lo logrará cuando la mayoría sindical no participa en la Mesa de Diálogo Social de la CAV.

El aumento del número de desempleados y el carácter estructural del paro en nuestro país hacen que un servicio de empleo eficaz sea urgente para desarrollar políticas activas de empleo. Si la reforma propuesta sirviera para que Lanbide recuperara su carácter original, algo se habrá avanzado. Las limitaciones que impone el marco laboral estatal son grandes, pero es seguro que nada se logrará sin el concurso de los sindicatos.

Bilatu