Doce personas murieron ayer en un naufragio cuando trataban de cruzar el canal de la Mancha desde el Estado francés hasta Gran Bretaña. Las autoridades informaron de dos personas más desaparecidas y alrededor de cincuenta rescatadas, varias de ellas heridas. Es el accidente más mortífero desde que en enero de este año murieran veinticinco personas en otro hundimiento similar. Por suerte, no terminó en tragedia el viaje de las 226 personas que alcanzaron ayer las islas Baleares en ocho pateras. Más difícil suele ser determinar el destino de algunas de estas precarias embarcaciones que desaparecen en el mar cuando tratan de alcanzar las costas de Canarias. Todas ellas son rutas marítimas largas y peligrosas, que siguen poniendo de relieve la falta de vías seguras para migrar.

En este trágico contexto siguen ganando fuerza conceptos que contienen una gran carga política y poco ayudan al debate sosegado. Este verano se repite constantemente la noción de «presión migratoria», con la intención de dar una sensación de desbordamiento, de urgencia, de situación desbocada que, a su vez, sirve para justificar conceptos más amenazantes como el de «invasión», tan apreciado por la extrema derecha. De este modo se está creando un clima de desasosiego que impide que haya un debate honesto sobre la migración y sus causas. En ese ambiente de peligro artificialmente creado, el respeto a la dignidad de las personas y a los derechos humanos se diluye. Ese relato se refuerza cuando mandatarios como el presidente español, Pedro Sánchez, en una visita a África occidental, abogan por las expulsiones de migrantes «irregulares», como si tuvieran una opción «regulada».

Un estudio de la fundación sudafricana Ichikowitz desvelaba ayer que tres de cada cinco jóvenes africanos se plantea migrar. Entre las razones, destaca que tres cuartas partes de las personas encuestadas ve difícil encontrar empleo, y dos tercios valoraban la migración como una medida temporal. Datos que muestran una situación y motivaciones diferentes a las que interesadamente se difunden. Un punto de partida para un enfoque más honesto y humano.