El primer incendio se declaró a última hora de la tarde de ayer en una fábrica de calzado de Lahore, la segunda ciudad más populosa de Pakistán. Según el balance ofrecido por las autoridades locales, fallecieron 21 personas.

El segundo, más devastador, tuvo lugar anoche en Karachi, la mayor ciudad paquistaní, con 17 millones de habitantes y corazón de la industria del país.

Según fuentes de los equipos de rescate, citadas por los medios locales, los bomberos han conseguido controlar el fuego, que ha afectado a la mayor parte de la factoría, situada en el barrio de Baldia, donde todavía podría haber decenas de personas atrapadas.

La agencia France Presse, que cita al jefe de la Policía de Karachi, ha situado en 240 la cifra de fallecidos, aunque el recuento definitivo tardará en completarse.

El número de víctimas mortales ha ido aumentando con el paso de las horas después de que los bomberos extinguieran el incendio y se acelerase la recuperación de cadáveres extraídos de la fábrica.

Responsables de los bomberos han afirmado al diario ‘Express Tribune’ que la virulencia del fuego hace temer por la integridad del inmueble, donde se sospecha que había unos 1.500 trabajadores cuando se declaró el siniestro, aunque la mayoría de ellos pudieron huir.

Desde el inicio, los equipos de rescate han tenido grandes dificultades para hacer frente al fuego por su magnitud, que ha hecho imposible entrar en el edificio, y porque solo había una puerta de acceso a la fábrica.

Según declaraciones de las autoridades regionales al canal local Geo, hasta el momento se ha rescatado a una treintena de personas heridas en el incendio, cuyas causas aún no han sido aclaradas.