Ya lo anunció el Gobierno municipal donostiarra. La compañía de transporte pública Dbus está lejos de haber recuperado los servicios previos a la pandemia. «Seguimos con una oferta de servicios recortados, líneas suprimidas, frecuencias con tiempos de espera imposibles, tiempos de recorrido en líneas tan reducidos que son inasumibles, supresión de líneas sobre todo en fin de semana, barrios desasistidos, modificación de recorridos en algunas líneas…», apuntan desde el comité de empresa.

A su juicio, «se está tirando por la borda el trabajo realizado durante años en la mejora y calidad del servicio, trabajo del que habíamos presumido hasta hace cuatro meses».

El pasado mayo, el concejal de Hacienda, Jaime Domíguez-Macaya, calculó que el déficit acumulado por Dbus este año ascenderá a 7,2 millones de euros. El comité de Dbus opina sin embargo que la solución no pasa por los recortes, ya que «alejan a posibles usuarias y usuarios, aumentan la presencia del coche privado, la contaminación y el ruido en la ciudad. Los recortes perjudican a quienes no disponen de otra opción de movilidad y el transporte público debe generar igualdad, permitir a personas mayores y a las de movilidad reducida autonomía e igualdad». Añade que se están realizando «gastos de dudosa primera necesidad olvidando lo prioritario».

Estos recortes suponen además que parte de la plantilla se encuentra «en paro, en algunos casos solicitando ayudas sociales para sobrevivir,  trabajadoras y trabajadores de sociedades municipales en situación de extrema precariedad a pesar de las palabras tranquilizadoras que dijo el alcalde».

Por estos motivos, las conductoras y conductores de Dbus llaman a la ciudadanía donostiarra una concentración que tendrá lugar este viernes, a las 11.00, junto al Ayuntamiento, en la confluencia del Boulevard y la calle Hernani. La protesta cuenta con el respaldo de numerosas asociaciones vecinales y otros colectivos sociales.