Ainhoa Güemes eta Zaloa Basabe Blog
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(Parte II) La recreación y constitución de Euskal Herria

(Parte II)

--- leer aquí la Primera Parte

 

La recreación y constitución de Euskal Herria:

¿Cómo se sostiene en pie una obra revolucionaria?

 

Ainhoa Güemes

 

Las piedras que componen los círculos del crómlech nos llevan de un lado a otro, transgredimos límites al tiempo que protegemos el espacio acotado en construcción, nos situamos en los confines de ese otro mundo posible (¿el espaciotiempo del mito?), por la virtud de un anillo que se rompe y se complica en el eterno retorno, donde las fuerzas activas se afirman, y la voluntad de poder neutraliza a la voluntad de la nada. Las piedras son esa materia preexistente, milenaria. Hay que creer en la inocencia y la fortaleza de aquellos que nos sucedieron, porque como nosotras y nosotros, ya se acercaron a Ubaba, miraron de frente al precipicio y midieron sus fuerzas. Afrontaron el caos y se lanzaron a un devenir activo, dejaron inscrito en la piedra el sentido de sus tragedias: artistas guerreras/os dispuestas a disparar al centro.

Nuestros antepasados supieron llevar a cabo lo que denominamos la conversión o transmutación sujetobjetual, intercambiando, alterando información genética con otros cuerpos tecnovivos no humanos (con otros seres de sensación, de vacío, como la piedra). Amaron y sufrieron intensamente, y nos dejaron ese monumento de duelo, esa piedra transportadora y contenedora de preceptos y afectos que todavía hoy esperan ser recreados, reutilizados. Estatuas que se sostienen en pie, que se conservan en sí mismas, que respiran y laten (sería un error de bulto que estas alusiones a determinados cuerpos y obras artecnovivas se entendieran como metáforas). El vacío del crómlech no es una nada imposible, es el lugar donde se da la posibilidad de cohesión entre diferentes cuerpos tecnovivos, con el fin común de constituir un nuevo mundo. Una nueva comunidad.

Tras la recogida de datos de las primeras incursiones (geológicas y topológicas: Analysis Situs), hemos procedido y avanzado gracias a la certeza de que en el interior del dolmen habita lo intempestivo, esa fuente de la que emana la vida: matriz generadora, intensidad 0 (raíz del vacío = huts erroa). En todo el proceso nos hemos metamorfoseado con la piedra, conectadas a la fuente de vida, por amor a la vida, por amor a nuestro pueblo, por la supervivencia del planeta. A la vez, hemos pretendido reactivar y recuperar las obras y descubrimientos realizados por Oteiza y otros sujetos políticos y creadores que consideramos relevantes en esta práctica concreta de recreación y constitución de mundo.

En el espacio interior del dolmen, del crómlech, en el hueco, se produce la imbricación entre los diferentes cuerpos tecnovivos, entre cultura y naturaleza (borrando las dicotomías opresivas: masculino/femenino; arriba/abajo), acortando distancias entre los dos tiempos, el del mito y el tiempo histórico o sociopolítico. En nuestra tesis, proponemos concebir y hacer funcionar el dolmen, el crómlech como máquina abstracta (máquina de guerra exterior al aparato de estado, que invoca otra justicia, otro movimiento, mecanismos colectivos de supervivencia que impiden la violencia estatal). Obra de arte tecnoviva: meta-entidad orgánica cuántica donde los cuerpos autónomos se confirman y se convocan.

En el esfuerzo por constituir mundo, piedra a piedra, en un fragmento de tierra cercado, en un territorio libremente imaginado (hacia la constitución de mundo, de una ciudad o comunidad futura), no hemos pasado por alto la advertencia de Nietzsche cuando insiste en que “la sociedad no puede ser la última instancia, ya que la última instancia es la creación, el arte, o mejor dicho, el arte como representación de la ausencia y la imposibilidad de una última instancia”. La última instancia no es ni la sociedad, ni la nación ni el estado, sino la potencialidad afirmativa y creativa de la vida en comunidad.

 

Ubaba: 954 metros de precipicio

A pesar de las grandes dificultades y (re)presiones (fuerzas reactivas ancladas en la voluntad de la nada), por todos los medios hemos seguido creando (recreando), hemos resistido, haciendo confluir actos artísticos con acontecimientos históricos y posicionamientos políticos. Compartimos esa convicción deleuzeana, la cual nos anima a dejarnos deslumbrar y arrastrar por “un gozo artístico que coincide con la lucha histórica”. Cuando los sujetos creadores pactan con la vida que se afirma “siempre hay una encarnación gloriosa de algo sublime o intempestivo”.

Hay que destruir para crear, no para conservar. Nietzsche decía que “bajo los grandes acontecimientos ruidosos hay pequeños eventos silenciosos que son algo así como la formación de mundos nuevos”. La presencia de lo poético bajo lo histórico. Luego los sujetos políticos y creadores tenemos pendiente la tarea de reacondicionar el mundo como adecuadamente (ética y estéticamente) creamos. En efecto, no es conveniente anclarse a un mundo-ya-hecho para dar cuenta de nuestras realidades, ya que dichas realidades están estrechamente vinculadas a cada proceso o intento de constitución de mundo. Como escribió Joseba Sarrionandia:

“Mugetan, Henri Rousseau aduaneroak nondarrak garen eta noruntz goazen galdetuez gero gure harri bustiak erakusten dizkiogu, ezen eta harriak ditugu: «Harri hau, uharri hau ikusten duzu, halakoa zen gure etxea...» Inongo lur nehurtzaileak, ez den herrialdearen kartografoak gara. Egunak atzoz bete zaizkigu, geure oinen bila gabiltza. Gogoratzen duzu, galdu genuen aintzinako sorterri hura? Harriak ditugu baina ez dugu herririk. Harriak ditugu boltsilo zulatuetan, baina ez dugu inon eraikiko betirako etxerik. Harriak ederragoak al dira harresian?

Constatamos que la obra artecnoviva (el crómlech, el dólmen) es un producto potencialmente atribuible, y de hecho asignado e instalado en un lugar del espaciotiempo por los agentes-actores, en este caso implicados en la proyección y constitución de Euskal Herria. Las piedras (cuerpos tecnovivos no humanos) contienen, guardan una información milenaria sobre lo acontecido y experimentado por aquellos constructores de megalitos. Dicha información es transmisible gracias a la conductividad térmica y eléctrica de la piedra (mecanismo de transferencia entre cuerpos tecnovivos basado en el contacto directo de sus moléculas). En la obra escultórica artecnoviva, ¿deviene la piedra mano?, y cinco dedos ¿devienen piedra en el arte de escribir? Alguien escribe: “Soy una escultura viva”. Fundición o vaciado en los moldes, pero también hechura, morfología y llenado.

Con la pretensión de desentrañar, de penetrar en lo recóndito de la materia con la que el sujeto creador llega a recrear(se) y a constituir mundo (poner en juego el cosmos con sus componentes moleculares; devenir todo el mundo, crear multitud, crear un mundo), hemos examinado metódicamente varios acontecimientos que han condicionado nuestra determinada manera de obrar, de pensar, de hacer arte, de hacer mundo. Liberarse del hilo de la moral, recorrer el laberinto y afrontar el caos: el arte como medicina. O formulado de otra manera, siguiendo la huella de Oteiza, el artista se centra en la búsqueda de la salvación (la salida del laberinto), otorgándole al arte un papel redentor. El sujeto creador desea salvarse, desea vivir afirmativamente: poderosa voluntad.

Oteiza escribió que “ningún artista ha cedido el sitio central que corresponde a su saber existencial de salvación, al compromiso creador de su saber político”, y añade: “no en el sentido restringido del que ilustra o sirve a un compromiso social o político, sino en la medida entera del que cura nuestro sentimiento trágico, toda limitación, inseguridad y miedo en nuestra conciencia”. Oteiza concluye esta reflexión diciendo que “hay una inocultable necesidad o voluntad de trascendencia en el hombre, que estéticamente se alcanza por el arte en la vida y que no debemos confundir con la naturaleza de las soluciones de tipo exclusivamente religioso”. Se puede añadir: que no debemos confundir con ningún tipo de solución o fórmula burocrática o administrativa.

Pero quizá las y los lectores de este ensayo sigan pensando que todo esto es demasiado abstracto, complicado, o un mero juego metafórico, que el arte, la poesía, el mito no tienen el poder de transformar las cosas (la Realidad Misma) alterando el orden previamente establecido, o al menos, que el arte mitológico no cuenta con los dispositivos, con la capacidad jurídica de otras instancias, porque ¿cómo se crea resistiendo a los poderes establecidos, inventando una nueva estética, constituyendo mundo por necesidad, desde la libertad, por amor a la vida, por respeto a la diversidad de especies y de lenguas, contra la voluntad nihilista, totalitaria, fascista e imperialista?, ¿cómo se sobrevive al caos que toda realidad implica?, ¿cuál es el orden implicado que sutilmente nos hacer latir a destiempo (a dos tiempos), intempestivamente, contra viento y marea?

En definitiva, ¿de dónde procede la fuerza creadora, revolucionaria, acaso procede de instancias gubernamentales, estatales, se nutre de recursos legales y burocráticos?, ¿son capaces los sujetos creadores artistas de constituir mundo, de prever y prefigurar posibles recreaciones futuras?, ¿en qué nos basamos para afirmar que las tecnologías biopolíticas, los sujetos creadores y otros cuerpos tecnovivos están transmutando (se están aliando) para convertir este mundo en otra cosa, en otro mundo notablemente diferente al actual?, ¿en qué nos apoyamos para afirmar que Euskal Herria es un laboratorio artístico y político, donde se producen estímulos liberadores de orden afirmativo, contra todo orden negador y depredador?

El arte como medicina, el arte como lucha, el arte como re-evolución contra el sistema heteropatriarcal y capitalista, productor y generador de carencia. Practiquemos este tipo de arte (llamémosle si queremos arte mitológico para una prehistoria futura), y veamos si nuestra milenaria estatua, si nuestra obra escultórica que ha vencido a los siglos, a los imperios, a los estados, a las guerras y a la historia oficial, si nuestra gran odisea, nuestra creación legendaria (maquínica, filosófica, política) sigue siendo hoy tan valiosa como lo fue aquel magnífico y atípico, inesperado y sorprendente artilugio creado por artistas y guerreros griegos. Articulemos pues cada una de las piezas que hacen funcionar el motor de nuestro poderoso, imparable e indomable caballo de Troya.

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