GOTZON URIBE
MÚSICA

Washed Out

La música de Washed Out siempre ha levitado sobre una frontera atemporal. Se puede percibir en sus voces envolventes y desdibujadas, en los paisajes sonoros expansivos y en la narración melancólica. La fuerza creativa de Ernest Greene se encuentra en estos elementos, donde parte de recuerdos del pasado para elaborar una serie de composiciones que buscan transportar al oyente a diferentes estados de ánimo.

Su producción y vinculación a una escena que ha dado trabajos interesantes le ha valido el apodo de “padrino del chillwave”. La serie “Portlandia” tomó prestada su canción “Feel It All Around” para su tema principal, convirtiéndose así en un fenómeno generacional dentro de la música alternativa. En la actualidad, acaba de publicar su nuevo álbum “Notes From a Quiet Life”, que llega tras más de una década de distintas y dispares reimaginaciones creativas y variadas producciones -cinco álbumes y dos EPs-. El nuevo disco es audaz en su intuición. De alguna manera Greene ha abandonado la rutina de la música como negocio y se ha dejado llevar por sus intereses artísticos. «Cada álbum -dice Greene- es un ejercicio de construcción del mundo».

Nativo de Georgia, dejó Atlanta en 2021 para volver al campo que conoció de niño. Donde antes el escapismo inundaba sus pensamientos, hoy le preocupa el universo de la realidad que le rodea. A la antigua granja de caballos a la que se mudó la llamó “Endymion”, en honor al poema pastoral de John Keats sobre un pastor enamorado, cuyo verso inicial dice: «una cosa bella es una alegría para siempre». Y así ha dado forma a todo lo que ha creado allí, desde su música hasta la dirección creativa de sus álbumes, pasando por sus experimentos de arte visual.

«He leído que cada cinco o diez años eres prácticamente una persona diferente, literalmente, a nivel celular. Las cosas por las que pasas acaban cambiándote, y eres una persona diferente. Este álbum es un reflejo de ello. Experimentar con la pintura y la escultura ayuda a mi música. Se influyen mutuamente», explica Greene.

Esa pureza de su visión hacen que “Notes From a Quiet Life” sea tan potente. Es el primer álbum que Greene ha autoproducido en su totalidad, con la ayuda en las mezclas de Nathan Boddy (James Blake, Mura Masa) y David Wrench (Caribou, Florence + the Machine). «Al principio de mi carrera me faltaba destreza técnica y había cosas que no me entusiasmaban al cien por cien», dice, señalando como inspiración el método inconfundible y autodidacta de Jean-Michel Basquiat.

Para ilustrarlo, la lista de influencias de Greene para su disco son iconos de la escultura: el minimalista Donald Judd, el expresionista abstracto Cy Twombly y los modernistas Barbara Hepworth y Henry Moore. De este último, observa: «La mayor parte de su vida laboral la pasó en su finca, y no llevaba un estilo de vida cosmopolita. Se centraba simplemente en hacer buenas obras».


The Folk Implosion

Lou Barlow y John Davis cofundaron el proyecto The Folk Implosion a principios de los 90. Empezaron con improvisaciones en las que Barlow al bajo y Davis a la batería van desarrollando sus collages de ritmos pop. Es el proceso que utilizaron en su casete de debut, “Walk Through This World” y al que han vuelto

30 años después en su reunión. Separados de sus hogares en Massachusetts y Carolina del Norte, Barlow y Davis colaboraron a distancia en una sudorosa sesión en el ático de Barlow, antes de reservar estudio con el productor Scott Salter (St. Vincent, Spoon, The Mountain Goats). Los contrastes son las claves para acercarse a este su nuevo álbum.