«El jetpack es gravedad cero, las Cayman son impuestos cero, estamos en el sitio adecuado», dice Mike Thalasinos, propietario de Jetpack Cayman. La foto del Iruditan de hoy es de Paolo Woods y Gabriele Galimberti, del proyecto “Paraísos fiscales”, expuesto en el festival de fotografía de Arles hasta setiembre.

Este trabajo incluye fotografías de Delaware, Panamá, Singapur, Hong Kong y varias pequeñas islas especialmente propicias a ser fiscalmente liberadas, como las Cayman, la British Virgin, la isla de Jersey en el Canal de la Mancha y la City de Londres. Esta última no es una isla, en su sentido geográfico, pero sí un enclave extraterritorial: el barrio financiero de Londres, una milla cuadrada con leyes impuestas por la City of London Corporation.

En la economía global, los paraísos fiscales ya no son una excentricidad exótica: cualquier cliente de Google, Amazon, Ikea y compras online se aprovecha de ellos. Los paraísos fiscales se han vuelto instrumento estructural de la economía global. Las imágenes de extrema riqueza ya no son las típicas playas tropicales con palmeras; esta misma foto podría ser tomada un día de verano en la costa lapurtarra.

Paolo Woods es periodista gráfico de investigación. En 2003, publicó el libro “Un mundo en bruto”, sobre la industria del petróleo en doce países; luego, en “El caos americano”, investigó la implicación del mundo occidental en Afghanistan e Irak. En 2008 documentó la creciente influencia de China en África (“Chinafrica) y en “Walk on my eyes” retrató la sociedad iraní. En 2013 publicó “State”, donde indagaba en los poderes y factores que interactúan en un Estado disfuncional como era Haití.

Para el trabajo que expone en Arles, Woods y Galimberti crearon una compañía (The heavens) inscrita en la misma oficina de Delaware que Apple, Coca-Cola y otros 285.000 negocios.

Planificar, evitar, evadir, robar impuestos. Está por todas partes, como el Matrix, según Nicholas Shaxson. El así llamado “flujo libre de capital” va por laberintos bizantinos de transferencias, precios inventados de traslado y por esquemas fiscales y legales sumamente complicados. Porque todo esto es legal, aunque acelera la desigualdad a cada paso.

Los encuentros de fotografía de Arles estrenan en su edición número 46 nuevo director artístico, Sam Stourdzé, y con él una nueva identidad visual. Finí al colorido animal tótem (diseñado por Michel Bouvet), vuelve la fotografía al cartel oficial…, aunque está al revés, boca abajo, como la imagen en una antigua cámara de placas. La temática sigue siendo transversal, un cruce con otras disciplinas artísticas. Una cita idónea para encontrarse con la fotografía.