Asier Vera
Entrevue
RICARDO GARCÍA VILANOVA

«Mi secuestro en Siria fue puramente un accidente laboral»

El fotoperiodista freelance Ricardo García Vilanova (Barcelona, 1971) es el único periodista gráfico que ha estado en Siria desde que en 2011 se iniciara el conflicto con las protestas contra el régimen de Bashar al-Assad. Prueba de su arriesgado trabajo fue el secuestro que sufrió en setiembre de 2013 junto al también periodista Javier Espinosa. Ambos estuvieron retenidos más de seis meses en manos del Estado Islámico y fueron liberados en marzo de 2014. Haití, Afganistán, República Centroafricana, Libia y Siria son algunos de los países en los que ha trabajado para mostrar al mundo las consecuencias de los conflictos armados publicando sus trabajos en medios internacionales como “The New York Times”, “The Washington Post”, “Le Figaro”, “The Guardian” o “Der Spiegel”.

El Virreina Centre de la Imatge de Barcelona expone hasta el 18 de octubre su trabajo en la guerra de Siria, en una muestra titulada “Destellos en la oscuridad” y que está conformada por 42 fotografías y diez vídeos. Ricardo García Vilanova tiene previsto regresar en los próximos meses a Siria para seguir documentando con su cámara la crueldad de una guerra que parece no tener fin. Un conflicto que ha puesto contra las cuerdas a Europa, que durante meses se ha visto desbordada de refugiados no solo sirios, sino también afganos y de otros países, como Eritrea, que ven la huida al viejo continente como la única salida para vivir con dignidad lejos de las bombas y las masacres.

Nadie sabe con certeza cuántas personas han muerto en este viaje hacia la esperanza, aunque el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) eleva a 381.442 personas las que cruzaron el Mediterráneo entre enero y el 9 de setiembre, de las cuales 130.000 lo hicieron en agosto. La Unión Europea, lejos de solucionar el problema, aplica medidas a cuentagotas, como el último acuerdo para repartirse 120.000 refugiados en los dos próximos años, si bien Hungría, Rumanía, República Checa y Eslovaquia se opusieron, mientras que Finlandia se abstuvo.

Los inicios de García Vilanova en la fotografía fueron a finales de los años 90, si bien con un trabajo muy diferente al actual, ya que se dedicaba a fotografiar bodas y bautizos. Con lo que ganaba se financiaba sus viajes al extranjero, desde donde trataba de vender sus fotos, tal y como sigue haciendo en la actualidad. Además, desde hace un tiempo también se dedica a grabar vídeos en los conflictos que cubre, que han sido emitidos en CNN, BBC, Reuters TV o Euronews, entre otros canales. Tanto en las fotos como en los vídeos utiliza un objetivo gran angular, siguiendo así la filosofía de Robert Capa, autor de la célebre frase: «Si tus fotos no son lo bastante buenas, es que no estás lo bastante cerca».

La mayor parte de sus fotografías están protagonizadas por niños que, a consecuencia de la guerra, padecen trastornos de estrés postraumático. Además, se exponen tres dibujos de menores, entre los cuales destaca uno que refleja una decapitación. Un día antes del viaje que efectuó a Chad para fotografiar la crisis de la hambruna que sufre este país africano, Vilanova atiende a 7k.

¿Qué pretende mostrar con “Destellos en la oscuridad”?

La exposición son cinco años del conflicto de Siria, desde 2011 hasta 2015, y básicamente muestra la evolución que ha llevado y, sobre todo, la repercusión que ha tenido en los civiles. Estamos hablando de 215.000 muertos en cifras oficiales, aunque son muchas más, mientras que hay 4 millones de refugiados y 6,5 millones de desplazados internos.

¿Tiene previsto continuar yendo a Siria?

Sí, este año he estado un par de veces en Siria y dos en Irak, porque este conflicto se ha extendido de forma directa a otros países como a Irak, o de forma indirecta a otros muchos. Mi intención es seguir documentando y continuar mostrando lo que está sucediendo, sobre todo porque es uno de los grandes conflictos y de las grandes crisis que hay ahora mismo en el planeta.

¿Cómo lleva el miedo, teniendo en cuenta que sufrió un secuestro y que ahora mismo hay tres periodistas españoles retenidos en Siria?

Yo del tema del secuestro es algo que nunca he hablado y no lo voy a hacer, porque considero que fue puramente un accidente laboral. Más allá de eso, me interesa mucho más hablar de los civiles y de lo que pasa en ese país que de uno mismo o de los periodistas, ya que, al final, nosotros somos los que decidimos ir o no a este tipo de sitios y tenemos que aceptar las consecuencias de lo que sucede. Evidentemente, es un trabajo y este tipo de labor tiene sus riesgos, pero vuelvo a insistir: creo que lo importante es hablar justamente de lo que sucede en el conflicto.

Se ha convertido en una de las guerras más peligrosas no solo para los periodistas, sino también para los civiles. Tras cubrir varios conflictos, ¿qué diferencias ve entre este y otros?

Este es el primer conflicto que yo he visto en el que se ha atacado directamente a los civiles, quienes han sido objetivos directos, algo que jamás había visto. Esto es un horror, porque por primera vez han matado de forma directa a niños, mujeres y ancianos, y eso jamás lo había visto en ningún otro sitio.

Personas como usted y otros fotoperiodistas están mostrando al mundo lo que está sucediendo en países como Siria. ¿De qué sirve todo el trabajo que realizan?

Nosotros somos el primer eslabón de la cadena y, evidentemente, el trabajo que tenemos los periodistas, fotógrafos y cámaras de vídeo es mostrar lo que está sucediendo ahí, pero al final, la responsabilidad o la actuación tienen que ser de los ciudadanos. La ciudadanía en conjunto es la que tiene que cambiar, en un momento determinado, a los dirigentes o a los políticos, o cambiar las cosas que la sociedad entiende que no funcionan o que no deberían existir. Creo que la responsabilidad es común a todos los niveles.

¿Cree que los medios de comunicación del Estado español dan la cobertura necesaria a este tipo de conflictos?

Creo que los medios tienen el interés que también tiene el lector. Es cierto que los medios están controlados por quienes están controlados, algunos por entes políticos y otros por económicos o religiosos, y eso también marca una tendencia en la agenda informativa, lo que condiciona que los informativos tomen o no un tipo de interés. Ahora mismo solo se habla del ISIS y la razón es muy sencilla y es que nos afecta de forma directa, si bien eso se ha comido todo el resto de información respecto a Siria, donde están muriendo cada día entre 35 y 50 personas.

¿Tiene esperanza de que la guerra de Siria finalice a corto o medio plazo?

No, yo soy bastante escéptico y evidentemente habrá un fin en un momento determinado, pero creo que hablamos a años vista.

¿Cómo valora la situación actual del periodista freelance?

Creo que está en fase terminal. Cada vez está más complicado y el problema es que cada día es más caro y difícil acceder a ese tipo de trabajo. Ese es un gran problema en este momento, porque no existe un equilibrio ni un balance entre ambos aspectos.

¿Cuál va a ser el próximo país al que va a viajar?

Ahora voy a hacer un viaje a Chad para mostrar, junto a Médicos Sin Fronteras, la crisis de la hambruna que azota a ese país desde hace años, de forma que explicaré un poco el contexto que tiene esta zona africana. Más adelante, si puedo, intentaré volver este año o el que viene a Siria para mostrar todos los acontecimientos que están sucediendo en ese país.