XANDRA ROMERO
SALUD

Cuando las modas provocan accidentes

Hoy en día, la “moda” del deporte nos puede poner en situación de riesgo. Y es que, últimamente, la gente cree que se puede hacer una carrera sin prepararse, que es solo comprarse unas zapatillas y el último modelo, y ponerse a correr, hasta que se producen los accidentes.

Este es el caso de las carreras multitudinarias, como la Behobia-Donostia, con casi 34.000 participantes y que este año ya se ha cobrado una víctima mortal y 19 corredores hospitalizados. Es la cuarta muerte desde 2002 por paro cardiaco en corredores jóvenes y habituados a hacer deporte.

¿De quién es la responsabilidad? Es de todos, pero, en primer lugar, respecto a la organización, la inexistencia de un protocolo previo que implique un control médico con, por ejemplo, ecocardiografía, ergometría con ECG, etcétera, que descarten posibles causas que desaconsejen la realización de este tipo de esfuerzos. Así se hace en el Estado francés o Suiza, donde exigen por ley a los corredores, entre otros trámites, pasar reconocimientos médicos.

En segundo lugar, de los participantes que se apuntan por una apuesta después de una noche de juerga y sobre todo, de aquellos que se cuelan en turnos que no corresponden a su ritmo y que salen a bajar marcas. Todo esto favorece la nula o escasa concienciación social del esfuerzo físico y las consecuencias fisiológicas que implica una carrera de estas características, sobre todo a nivel de capacidad física, edad y experiencia previa.

Por último, los principales errores en estas ocasiones son los más básicos: falta de planificación con antelación (no solo el día anterior) de estrategias nutricionales y de hidratación correctas, que pueden suponer esa diferencia vital. Los dos hechos demostrados que más contribuyen al desarrollo de fatiga durante el ejercicio físico son la disminución de los hidratos de carbono almacenados en el organismo y la aparición de deshidratación por la pérdida de agua y sales por el sudor.

Mantener una adecuada hidratación es importante para el rendimiento físico y mental. La ingesta apropiada de líquidos y sales (el agua solo no vale) antes, durante y después del ejercicio físico es importante, especialmente en climas cálidos.

Sudamos para evitar el calentamiento del núcleo interno y eludir así el grave riesgo de patología o muerte por calor. Sin embargo, la tasa de sudoración difiere individualmente y según el tipo de ejercicio y, fundamentalmente, de la intensidad. Esta última aumenta en aquellas personas no aclimatadas.

Por estos motivos, si las circunstancias son extremas y la capacidad de producir sudor comienza a limitarse, el núcleo interno sube de temperatura y con solo una pérdida del 3%, disminuye nuestra resistencia al ejercicio, sufrimos calambres, mareos y lipotimias. Llegados a una pérdida del 10%, podemos perder la vida.

Como vemos, cuestiones básicas pueden determinar los resultados y el desenlace en el deporte. Por eso es importante buscar un correcto asesoramiento deportivo y nutricional, que incluía en la Behobia-Donostia una óptima hidratación dadas las altas temperaturas y la humedad relativa, así como la preparación de la carrera con un entrenamiento acorde a las características y necesidades.