XANDRA ROMERO
SALUD

La comida de los bancos de alimentos

En estas fechas se multiplican las acciones solidarias y, entre ellas, empiezan a ser visibles los voluntarios del Banco de Alimentos en distintos supermercados recogiendo los alimentos que los consumidores quieran aportar.

Sin embargo, la actual escasez de recursos económicos, asociada a una falta de información y educación nutricional correcta, ha derivado en una distribución alimentaria caracterizada por un patrón poco saludable que favorece la aparición de ciertas enfermedades. Es decir, en estos contenedores de alimentos, lo que he podido ver son mayoritariamente productos baratos, pero poco nutritivos, muy procesados y ricos en calorías que alejan el patrón de dieta saludable, lo que, en consecuencia, interfiere en la salud y seguridad alimentaria de los beneficiarios de estas ayudas.

Buscando información al respecto, he encontrado que, según la memoria de 2014 de la Federación estatal del Banco de Alimentos, los alimentos que más se distribuyeron el pasado año fueron, por orden de importancia, fruta fresca, pastas y arroz, frutos secos, legumbres, verdura fresca, lácteos, verduras en conserva, panadería-repostería, bebidas y pescados frescos, alimentos infantiles, cereales, quesos y yogures, azúcar, etcétera.

Sin embargo, sospecho que cuando se refieren a verdura fresca, pescados frescos, verdura en conservas y frutas frescas, su origen es probablemente la donación de los propios supermercados, ya que lo que los consumidores aportan mayoritariamente son alimentos superfluos (poca densidad de nutrientes esenciales o de calidad, como vitaminas y minerales, pero muchas calorías). Es decir, mayoritariamente galletas, zumos de frutas, platos preparados, embutidos, potitos y productos para bebés y harinas. Además, me ha sorprendido ver chocolates, Cola Cao y/o Nesquick, e incluso botellas de refrescos.

Esto interfiere sobre todo en la salud de los más pequeños, ya que, según un informe de UNICEF, el Estado español se encuentra en el puesto 41 en crecimiento de pobreza infantil entre 2008 y 2012. Además, se han multiplicado no solo los casos de desnutrición, sino también los casos de malnutrición asociada a obesidad (desequilibrio por exceso de energía y nutrientes ingeridos).

De modo que está bien que la sociedad se organice y busque fórmulas para erradicar problemas cercanos. Pero si usted quiere donar alimentos, sepa que las mejores opciones son las siguientes:

• Legumbres (secas, dos euros y conservas, menos de un euro). Sacian y son ricas en fibra, calcio, vitamina D y hierro. Además, cocinadas con arroz, aportan proteínas de calidad, por lo que podremos prescindir de consumir a diario carne o pescado.

• Leche de vaca (entre 0,60 y un euro/litro), leche en polvo (1,10 euros) y yogur natural (0,50 euros). Aportan proteínas y calcio.

• Huevo (un euro). Aporta grasa (saturada, monoinsaturada y poliinsaturada, colesterol, ácidos grasos omega-3), proteínas, vitaminas A, D, E y K B1, B6, B12 y minerales como zinc, calcio, fósforo, hierro, cobre y selenio, yodo, magnesio y potasio.

• Conservas de verduras (0,80 euros) y fruta en su jugo (entre dos y tres euros). Aportan fibra y son ricas en innumerables vitaminas, minerales y antioxidantes.

• Frutos secos (1,50 euros). Aportan ácidos grasos poli y monoinsaturados, proteína, calcio y vitamina A, entre otros.