Como suele ser habitual por estas fechas, os ofrecemos nuestra lista de las diez mejores películas del año. Cada cual tendrá su selección, porque hay muchas posibles candidatas a ocupar un puesto en este ranking, y seguro que la mayoría serán de gran calidad.

«Fuerza mayor». Una avalancha de nieve es el detonante de un drama familiar que pone en tela de juicio el rol actual de la figura paterna, tan decadente como el propio ambiente del hotel alpino en el que transcurren las vacaciones de un matrimonio sueco y sus hijos. Ruben Östlund consigue ir más allá de lo planteado en su momento por el maestro Bergman.

«Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia». Y si de maestros del cine sueco hay que hablar, ninguno tan original como el veterano creador Roy Andersson, impulsor de un personal estilo surrealista con una escenografía entre teatral y pictórica. Su sentido del humor congelado captura la esencia del absurdo existencial en unas instantáneas de grupo memorables.

«El Club». Aunque en la Berlinale Pablo Larrain se llevó el Gran Premio del Jurado, la mayoría de la crítica pidió para su película el Oso de Oro. Profundiza en la disección de la sociedad chilena, esta vez a través de la institución eclesiástica, dentro de una relación algo esquizofrénica con un catolicismo que se revela en su faceta más siniestra y endogámica.

«Amama». A través de la plataforma internacional que supone Zinemaldia en Donostia, el primer largometraje de ficción en solitario de Asier Altuna ha significado un salto de calidad para el cine rodado en euskara, gracias a que ha hecho una creación arriesgada en la que ha investigado con un lenguaje simbólico enraizado en la tradición rural.

«Citizen Four». Laura Poitras ganó el Óscar al Mejor Documental por este reportaje de urgencia que sigue las revelaciones del exiliado Edward Snowden, quien, desde su conocimiento interno del funcionamiento de los servicios de Inteligencia estadounidenses, advierte sobre los peligros inherentes a los sistemas de vigilancia de la era global. La realidad que presenta es tan demoledora al respecto, que se convierte en un relato de auténtico terror.

«Heimat: La otra tierra». En 2013 triunfó en los premios Lola del cine alemán, con las estatuillas de Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guion. El veterano Edgar Reitz culmina su obra con una precuela de la famosa trilogía televisiva, que, en un largometraje en blanco y negro de casi cuatro horas, se remonta a mediados del siglo XIX, cuando la hambruna en Centroeuropa llevó a muchas familias alemanas a emigrar a Brasil.

«La canción del mar». Mejor Largometraje de Animación en los premios del cine europeo, esta película irlandesa sigue investigando en las prodigiosas técnicas artesanales de la anterior “El secreto del libro de Kells”. Con un diseño visual único, ilustra las leyendas celtas de las criaturas mitológicas llamadas selkies, que mudaban su piel de foca y tomaban forma humana, de mujer.

«Del revés». Un hito en la evolución del cine animado y la máxima expresión de la inventiva de Pixar, un estudio capaz de conciliar el espectáculo para el gran público con la pura experimentación. La película introduce al espectador en la mente de una niña preadolescente, diferenciando sus emociones mediante los colores de toda una paleta sicológica.

«La casa del tejado rojo». En la mejor tradición del cine japonés del maestro Ozu, el octogenario Yôji Yamada nos brinda una lección de contención melodramática. La historia de un amor imposible es contada por medio de silencios y miradas, simples gestos asociados a recuerdos de la posguerra en un país herido colectivamente.

«El mundo sigue». En su época no pudo ser estrenada con normalidad por culpa de la censura franquista, quedando como una obra maldita por fin recuperada. Desaforado melodrama que expresa con acierto la miseria moral imperante a principios de los años 60, y que Fernando Fernán Gómez traslada al cainismo femenino en un duelo movido por la belleza y el dinero.