XANDRA ROMERO
SALUD

La ciencia que nos dejó 2015

El pasado año 2015 quedará siempre en nuestra memoria por ser aquel en el que la OMS declaró la carne roja y procesada como cancerígena. Sin embargo, esta no fue la única cuestión que nos dejó el año en lo que a ciencia sobre nutrición se refiere, ya que a finales del mismo hubo importantes avances que merecen especial mención. A continuación, resumimos algunos.

En cuestiones genéticas, un estudio publicado en la revista “Cell Metabolism” mostró por primera vez que el peso de un hombre en el momento de la concepción afecta a la información heredable que contiene su esperma, es decir, estar obeso o tener sobrepeso cambia la información genética que contiene el esperma y condiciona las posibilidades del hijo de desarrollar el mismo problema en el futuro.

También se confirmó que son el tipo y el origen de la grasa consumida los que determinan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. A pesar de la creencia de que una dieta baja en grasa puede ser beneficiosa para la prevención de enfermedades, los datos publicados en la revista científica “The American Journal of Clinical Nutrition” el pasado noviembre concluían que el consumo de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas –mayoritariamente grasas vegetales– reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares entre un 32% y un 50%, mientras que el consumo de grasas saturadas y las trans –provenientes de alimentos cárnicos y procesados– se asocia a un riesgo de sufrir hasta un 30% más de enfermedades del corazón.

Además, un nuevo estudio de la revista “Appetite” apuntaba que los edulcorante acalóricos podrían causar también ganancia de peso. Aunque de momento se trata de un estudio realizado en ratas, los resultados muestran que la sacarina induce una mayor ganancia de peso en comparación con una sustancia no edulcorada y que este aumento es independiente de la ingesta calórica, pues ambas sustancias utilizadas en el estudio aportan las mismas calorías. Parece que la explicación está en que el sabor dulce «per se» puede ser el culpable de inducir el aumento de peso mediante mecanismos celulares que están aún por determinar.

Por último, la OMS elaboró un documento de consenso sobre las normas que deben seguirse a la hora de realizar una campaña de marketing alimentario dirigida al público infantil. Su objetivo es ayudar a los distintos países a reducir la promoción de alimentos con demasiada grasa, azúcar y sal dirigida a niños. Mediante una tabla consistente en 17 categorías de alimentos, la OMS sugiere que si un determinado producto no cumple dichas características, su fabricante debería tener prohibido realizar campañas de marketing y comercialización hacia los niños.

Concretamente se refieren al contenido de grasa total, grasas saturadas, azúcares totales, azúcares añadidos (es decir que no formen parte del alimento de forma innata), edulcorantes distintos del propio azúcar, sal y calorías. Esto es, si la composición de un determinado producto excede la cantidad de alguna de las categorías mencionadas, no debería estar permitido que se anuncie.

Sin duda, buenas nuevas que ampliaremos este 2016 y que sitúan a la alimentación como piedra angular de la ciencia actual.