MIKEL INSAUSTI
CINE

«Plan de fuga»

Cada vez que tiene oportunidad de dirigir, el gasteiztarra Iñaki Dorronsoro demuestra que es un amante del cine negro, como lo es también Enrique Urbizu. Su apuesta por el cine de género viene desde que en 1993 hiciera su mediometraje “El ojo del fotógrafo”, sobre un periodista que no podía dejar de seguir la noticia (crónica negra) con un enfoque cien por cien visual. Su ópera prima “La distancia” no llegaría hasta el año 2006 y en ella renovaba a su manera la tradición del thriller de ambiente boxístico, mezclando la agresividad inherente a dicho deporte de contacto con la delincuencia marginal. Su segundo largometraje también se ha hecho esperar y será en este 2016 cuando se estrene “Plan de fuga”, que se rodó allá por el mes de octubre del pasado año en escenarios del centro de Bilbo y de Barakaldo. Un escenario urbano que, cortes de tráfico aparte, cada vez se presta más a producciones cinematográficas de todas las procedencias que encuentran muy atractiva su moderna arquitectura.

Dorronsoro ha querido potenciar al máximo las posibilidades de la ciudad, teniendo en cuenta que el eje argumental gira en torno al atraco a un banco. Por eso la entidad bancaria en cuestión aparece en su exterior con las siglas bien visibles de BCS, correspondiente a Banco de Crédito Suizo. Es de suponer que no faltarán las escenas de acción o las persecuciones por las calles aledañas, pero con el matiz de que el gasteiztarra no se ha sentido interesado hasta ahora por la espectacularidad superficial, sino que como autor de sus películas, se encarga personalmente de escribir el guion, por lo que le gusta desarrollar los personajes y la relación dramática entre los mismos muy a fondo.

“Plan de fuga” no va a ser una excepción y se anuncia como un conglomerado de tensiones internas entre los protagonistas. Todo se complica cuando una banda compuesta por exmilitares de países del Este, reconvertidos en delincuentes tras la caída de la Unión Soviética, pierde a uno de sus miembros más importantes, concretamente el encargado de forzar las cajas fuertes. Al contactar con un ladrón local, surgen las diferencias, con el añadido de que el sujeto en cuestión es perseguido por un jefe de Policía, que anda tras su pista. Las coincidencias harán también que se encuentre de nuevo con un viejo amigo de la infancia, que ahora trabaja como conductor en las fugas.

Dentro de semejante lío de identidades confusas o entremezcladas, cobra una especial significación el diseño del reparto. Dorronsoro ha confiado en el ascendente Alain Hernández para el rol principal del que hablábamos, mientras que para los del policía y del amigo ha escogido, respectivamente, a Luis Tosar y Javier Gutiérrez.

No es de extrañar el emparejamiento entre Luis Tosar y Javier Gutiérrez, que ya ofrecieron una excelente química en otro thriller reciente y con buena acogida comercial, porque nos referimos a “El desconocido”, de Dani de la Torre. Allí también se las arreglaban para establecer un contacto sutil entre ambos, sin necesidad de compartir escenas juntos. El trío estelar del que forman parte es secundado por Alba Galocha, Israel Elejalde, Florín Opitrescu, Jaroslaw Bielski y Pablo Álvarez. En cuanto al equipo técnico, Dorronsoro ha confiado nuevamente en los de casa, con Pascal Gaigne encargándose de la composición musical y Karmele Soler, del maquillaje.

Es de esperar que este sea el proyecto definitivo que garantice una continuad profesional dentro de la industria cinematográfica a Dorronsoro, pues no en vano cuenta con la producción de Atresmedia y la distribución de Warner. Entre película y película, el gasteiztarra se ha venido dedicando a la televisión, sobre todo en la realización de programas cinéfilos y culturales de La 2 de RTVE.