GOTZON URIBE
MUSICA

Robert Ellis

Robert Ellis regresa con su homónimo cuarto álbum. Una colección de once canciones y una declaración de intenciones –la más personal posible– que resume su carrera en su totalidad. El nuevo álbum es la continuidad de su trabajo de 2014 “The Lights From The Chemical Plant”, un disco laureado por la crítica. La nueva propuesta se presenta musicalmente variada, impecablemente estructurada, con Ellis recordando a los compositores más confesionales de la década de los 70 pero también a los más actuales, como puede ser Jason Insbell, una referencia contemporánea del género americana. También aparecen rastros de Joni Mitchell y Paul Simon, así como trazos de James Taylor y Randy Newman, cada uno de ellos inquietos compositores que han sabido tratar la música pop desde diversos puntos de vista.

No todo en el disco está lleno de luminosidad: Ellis es confesional y como narrador desvela sin rodeos sus pecados. Con todo, se hace irresistible engancharse a esta nueva aventura musical. El disco ha sido autoproducido por el propio Ellis en los estudios Sugar Hill de su ciudad natal, Houston (Texas), junto a la ayuda del ingeniero Steve Christensen (Steve Earle) y ha sido mezclado por John Agnello (Kurt Vile, Sonic Youth, Dinosaur Jr.).

“Robert Ellis” se abre con “Perfect Strangers” –reflexión meditativa de las conexiones, a menudo tenues, que unen a las personas– y termina con “It’s Not Ok”, una cruda mirada que trata sobre el compromiso emocional. Entre estas dos se encuentran nueve canciones que muestran su dominio total en la composición. Ellis tiene habilidades que le otorgan el grado de compositor vibrante, utiliza con destreza la ironía, la distancia y la narrativa, así como establece un relación reflexiva entre el sonido y el sentimiento. El dinamismo de “How I Love You”, el placer pop de “California”, la mezcla de la bossa nova y el soft-rock de los 70 en “Amanda Jane”, la emoción de “The High Road” o la gran épica de “You’re Not The One” representan las diferentes facetas de su talento.

A lo largo del último año Ellis sentía que muchas ideas que daba por sentadas volvían a aparecer en su cabeza. Estas reflexiones las ha plasmado en el disco, siendo el punto de partida el material proporcionado por su propia vida y sus vivencias. Muchas de las canciones tienen un elemento de melancolía –la disolución de su matrimonio, a pesar de haber recuperado la amistad–, pero de la misma manera aparece reflejado el papel que juegan por igual la esperanza y la felicidad. Es un disco que habla de cometer errores, de volver a descubrir elementos que se nos habían escapado y también de aceptar duras verdades. Analítico y emocional, adquiere riesgos, improvisa por momentos y en otros es calculador. Un placer para los oídos.

CD AIPAGARRIA

Grateful Dead

“Red Rocks 7-08-78”. •&flexSpace;

Rhino, 2016 •&flexSpace;Rock

Para algunos este es uno de los directos más intensos de la banda de San Francisco. Reeditado por el sello Rhino en formato de triple CD, refleja a los Grateful Dead en la cima de su carrera. Grabado en directo en el año 78 en medio de los discos “Terrapin Station” y “Shakedown Street” es el primero de los conciertos que ofrecería la banda en el legendario auditorio natural situado en Morrison (Colorado). La excelente acústica del espacio permitió grabar a su gusto a Betty Cantor-Jackson, cuyas cajas de resonancia son conocidas de sobra por los seguidores de la banda. Desde las notas que abren “Bertha”, pasando por imprescindibles canciones como “Estimated Prophet” o “Wharf Rat”, hasta la versión del cierre del “Werewolves Of London” de Warren Zevon, la energía y la inspiración de una de las bandas más importantes del rock norteamericano están aquí presentes en estado puro.