XANDRA ROMERO
SALUD

El mito del agua con limón

La verdad es que a estas alturas ya creía que no, sin embargo, sigue siendo bastante común que aparezca alguien asegurándome que «tomar agua tibia con limón en ayunas es un hábito que sigo hace tiempo porque me va muy bien». A lo que yo siempre respondo con la pregunta: «¿Muy bien para qué?». Entonces la mayoría se queda perpleja y resuelven la situación con un «bueno, porque es bueno para la salud». Y se quedan tan anchos.

Para los que sí tengan respuesta a mi pregunta seguro que se reconocen en alguna de estas explicaciones que podemos encontrar fácilmente buscando en Google. Por ejemplo, se puede leer que «el limón con agua tomado en ayunas favorece la pérdida de peso, una de sus cualidades más conocidas». Conviene aclarar que el limón es rico en agua, vitamina C (antioxidante), potasio (favorece el equilibrio correcto de los líquidos en el cuerpo), ácido cítrico (potencia el efecto de la vitamina C) y compuestos fenólicos (antioxidantes), pero no posee ninguna sustancia con efectos adelgazantes.

Por su parte, el agua no aporta calorías, pero tampoco sustancias adelgazantes. Su consumo puede contribuir a favorecer un peso saludable si su ingesta produce un reemplazo de otras bebidas como refrescos, zumos azucarados o bebidas alcohólicas.

También se dice que este combinado «activa el hígado y los riñones, porque es depurativo y diurético, ayudando a eliminar las toxinas y a evitar la retención de líquidos en el cuerpo». Hay que aclarar que el limón tampoco tiene efectos detoxificantes. Son los riñones, hígado y pulmones los que se encargan de esta función. Respecto a la retención de líquidos, en todo caso es el potasio el que favorece su eliminación y 100 gramos de limón tienen 170 gramos, mientras 100 gramos de plátano contienen 370 gramos de potasio.

Se comenta que «el limón ayuda a mejorar la digestión y a desintoxicar el interior del intestino, evitando los problemas de estreñimiento». Aquí lo único que puede favorecer la motilidad intestinal, o su capacidad de movimiento y, por tanto, liberarnos momentáneamente del estreñimiento es el efecto del agua caliente. Pero ojo, porque esto no mejorará el ritmo intestinal; es mejor incluir fibra en la dieta y preocuparse de hidratarse suficientemente.

Otra de las cualidades que se atribuyen al limón es que «gracias a su contenido en pectina, ayuda a comer menos y a controlar mejor el apetito». La pectina es una fibra natural que se encuentra en las paredes celulares de las plantas y alcanza una gran concentración en las pieles de las frutas. Hasta donde yo sé, un zumo de limón no incluye la piel. Si quieres pectina, come manzana con su piel, arándanos, grosellas y uvas.

Efectos curativos y calmantes. Finalmente también se habla de que este cítrico «ayuda a aliviar los dolores reumáticos y artríticos, debido en ambos casos a su efecto alcalinizante». El limón no tiene efectos alcalinizantes ya que todos los alimentos cuando llegan al intestino (donde se absorben todos los nutrientes del mundo mundial) son neutralizados. Además, el PH de la sangre no se altera con la ingesta de determinados alimentos, de ser así no sobreviviríamos.

Sobre este tema, nadie hasta la fecha ha aportado una sola prueba convincente de sus «maravillosos» beneficios y no hay ni un solo estudio que ponga de relieve todas estas propiedades. De modo que sugiero que aquellos que lo consumen con la inteción de purificarse, limpiar o adelgazar, mejor piensen si después se toman un colacadito con galletas María o compran cualquier comida procesada y consumen una bebida energética.