BERTA GARCIA
CONSUMO

Las rebajas

B ueno, bonito y barato. Esto es lo que la mayoría de la gente piensa de las rebajas. Tanto da que el presupuesto esté «tocado» por los recientes gastos navideños, que las rebajas son el siguiente rito mercantil y hay que cumplir con el mercado.

Teniendo en cuenta el interés que suscitan, siempre vienen bien algunos consejos. Los compradores que pretenden tirar de tarjeta se pueden encontrar con establecimientos que no acepten dinero de plástico en período de rebajas. Esto es legal, siempre que tengan el aviso expuesto y visible, lo que no evita que tengan la obligación de entregar el ticket o factura de compra.

Respecto a las devoluciones y cambios, no están obligados a acatarlos, salvo que lo publiciten o que el artículo adquirido presente defectos (rotura o mal funcionamiento). En este caso, el comercio debe aceptar la devolución o el cambio por otro en buen estado. Puede ocurrir que la devolución se dé en forma de vale y no de dinero. En este caso, es importante comprobar la caducidad para no perder lo abonado.

No todos los chollos son artículos de temporada. Hay sitios en los que se saca del baúl la ropa de otros años. Eso es lo que se entiende por saldos, en cuyo caso el descuento debería estar en consonancia. Por lo general, no son los pequeños comercios los que recurren a esta práctica, porque éstos sí se ven obligados a renovarse o morir con las cosas de la temporada que acaba.

Los artículos de naturaleza duradera siguen requiriendo disponer de su garantía y servicio post-venta como en temporada normal. La rebaja no merma ni las calidades ni los derechos, así que recuerden sellar el documento para posteriores gestiones (montaje y puesta a punto, reparaciones...)

En las compras realizadas a distancia, como internet, por catálogo, etc., existe un plazo de devolución y/o derecho de desestimiento de catorce días, contados a partir de la recogida de la compra en domicilio o Correos.

Es fundamental guardar la factura, el ticket o los folletos publicitarios. Si surgen problemas, se puede recurrir a la hoja de reclamaciones oficial y gestionar personalmente su entrega ante las administraciones públicas competentes.