BERTA GARCIA
CONSUMO

La subida de la luz

Nada nuevo bajo el sol. Llevamos escuchando esto de «los nuevos históricos» ni se sabe cuánto tiempo, y, por ahora, no hay voluntad política que los frene. Y es que de la subida de la luz se benefician gobiernos y empresas: unos mediante las desmesuradas cargas impositivas en un bien de primera necesidad, y los otros, porque les dejan hacer y deshacer a la manera de un oligopolio, que es lo que son.

La razón de tal subida no se la cree ni el ministro de Energía quien, con buena labia, la justificaba achacándola «a la gran demanda». La misma razón que justificaba las anteriores subidas, pongamos por caso la de octubre de 2014 (días 9 y 20 respectivamente, ambas a las 8 de la tarde). Lo que hay que oir. Y para colmo, la subida va a recaer en esa mayoría que siempre anda justa de recursos y se acoge al mercado de precio regulado; es decir, al PVPC.

Habrá que comparar qué tratamiento le dan a su principal cliente, el Estado francés, que anda importando kwts/hora, debido al parón productor de varias de sus centrales nucleares. Y aquí la ciudadanía creyendo que somos deficitarios.

Así las cosas, la Fiscalía General del Estado español ha decidido actuar de oficio para «averiguar las verdaderas razones que han motivado las sucesivas subidas del precio de la luz y si pudiese estar afectando a los derechos de los consumidores».

No sabemos cuánto tiempo podrían llevar a la Fiscalía realizar estas diligencias, ni si los resultados nos serán favorables. De momento, toca pagar y callar el que pueda, y el que no, ya sabe lo que le corresponde: pasar frío y engrosar las estadísticas de los llamados «pobres energéticos». Claro que, sibilinamente, nos dejan caer aquello de que el mercado libre goza de los mejores precios y la prueba del algodón está en que los consumidores acogidos al mismo no van a sufrir, de momento, subidas imprevistas.