KOLDO LANDALUZE
CINE

«Excalibur» vuelve a ser empuñada

D urante siglos han sido datadas las leyendas que albergó Camelot en escritos como “La Mort le Roi Artur” (Anónimo, siglo XIII), “Le Morte d'Arthur” (Thomas Malory, 1485) o “Un yanki en la corte del rey Arturo”, la novela en la que Mark Twain relató la aventura que vivió en Camelot un humilde mecánico estadounidense. El cine, un vampiro siempre ávido de historias, encontró en el imaginario arturiano un caudal de crónicas que de muy diversa manera han tratado el mito del rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda.

Considerada como la mejor plasmación en la gran pantalla de este mito, “Excalibur” (1981) de John Boorman acertó de lleno a la hora de combinar la épica medieval y las raíces fantásticas que cohabitan en un relato que también coqueteó con el musical en “Camelot” (1967) de Joshua Logan y que ni siquiera pudo escapar a la vertiente paródica que los geniales Monty Python imprimieron en “Los caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores” (1977). Entre las últimas versiones destaca “El rey Arturo” (2004) de Antoine Fuquá, cuya trama incidía en los orígenes de una leyenda poco antes de ser readecuada al gusto de la religión cristiana con la inclusión en el drama del Santo Grial.

Lejos de caer en el olvido, el mito del rey Arturo y sus paladines vuelve a acaparar protagonismo con la puesta en marcha de una ambiciosa superproducción en formato de franquicia cuya primera entrega ha sido dirigida por Guy Ritchie lo cual propiciará que “Excalibur”, la espada más famosa del cine y la literatura, vuelva a ser retirada de la piedra en la que siempre aguarda pacientemente la llegada de su verdadero propietario.

El productor Lionel Wigram ha explicado que la intención de “King Arthur: Legend of the Sword” es construir un universo cinematográfico alrededor de las historias del reino de Camelot y que a la primera película dirigida por Ritchie le ha correspondido ser el arranque para explorar diversas historias de forma transversal. «Las cosas cambian, pero estoy convencido de que vamos a ser fieles a esta idea de desarrollar una franquicia que tendrá su base en una trilogía. El resultado ofrecido por Ritchie es simplemente espectacular», ha afirmado Wigram.

“Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur” muestra sus credenciales al más puro estilo Guy Ritchie. El autor de obras como “Snacht: cerdos y diamantes” ha apostado por crear una vertiginosa montaña rusa en la que se da cita su habitual desparpajo con la cámara, un ritmo trepidante y personajes que no dudan en lanzar guiños desenfadados al respetable. En esta, su tarjeta de presentación, topamos con un joven Arturo que vaga libre y pícaro liderando a una banda de ladrones que opera en los callejones de Londonium ajeno a su destino. Tras liberar a “Excalibur” de manera casi accidental, su vida cambiará por completo junto a una misteriosa mujer llamada Guinevere –encarnada por Astrid Bergès-Frisbey–. Ambos encabezarán una revuelta popular contra el tirano Vortigen, quien robó su corona y asesinó a sus padres antes de autocoronarse monarca.

El actor británico Charlie Hunnam, a quien vimos durante seis años en la serie “Sons of Anarchy”, será el encargado de empuñar la legendaria espada y Jude Law –quien participó en las dos entregas de “Sherlock Holmes” filmadas por Ritchie encarnando al doctor John Watson– ejercerá labores de villano de una función animada por efectos digitales de última generación y movimientos de cámara vertiginosos que espolean una narración que sigue engarzada a la historia ya mostrada en anteriores filmes. El reparto estelar se completa con las presencias de Eric Bana –que encarna al padre del protagonista, Uther Pendragón– y Djimon Hounsou el cual luce la armadura del líder insurgente que se enfrenta al rey brujo Vortigern.