Desde el pasado día 15 de junio, la Unión Europea ha puesto punto final al llamado roaming, ese sobrecoste que los operadores aplicaban a los usuarios por usar su móvil cuando estaban en otro país. Con la nueva normativa, ya en vigor, las operadoras de telefonía no podrán cargar un plus por usar nuestro móvil en cualquier lugar de nuestro entorno europeo. Se produce así un cambio para las telecomunicaciones de este continente, largamente esperado y demandado por parte de las asociaciones de consumidores.

Como regla general, los usuarios podemos utilizar el teléfono móvil dentro de la Unión Europea (UE) como si lo hacemos en nuestra localidad, haciendo uso de la misma tarifa que tengamos contratada y, por supuesto, sin ningún coste adicional.

Hay que recordar que esta legislación afecta solo a los estados miembros de la UE, no a todos los países de Europa, por lo que hay que tener cuidado, caso de que el país al que nos desplazamos no sea socio comunitario (por ejemplo Andorra). Además, esta situación está pensada para estancias breves en los países de destino, si se va a estar más tiempo y nuestra compañía detecta que se ha permanecido más de cuatro meses y/o se consumen los datos o minutos contratados en nuestra tarifa, se podrán aplicar determinados sobrecostes.

En ese caso se podría cobrar hasta el límite de 3,2 céntimos por minuto para las llamadas, 1 céntimo para los SMS y 7,7 euros por GB (éste último bajará de forma progresiva hasta los 2,5 euros en 2022). En caso de tener contratada una tarifa ilimitada de datos o incluso datos muy baratos, el operador puede establecer un límite aunque deberán avisarte de antemano, según explica la Organización de Consumidores y Usuarios.

Por otra parte, es posible que los móviles con tarjetas prepago puedan incurrir en costes adicionales, ya que el fin del roaming se establece para tarifas de contrato. En ese caso, es importante contactar con la operadora para ver cuál es su propuesta. Igualmente, es aconsejable consultar si la operadora tiene algún otro acuerdo con países ajenos a la Unión Europea, ya que algunas pueden extender también el fin del roaming al resto de Europa o también a Estados Unidos.