Los últimos tres años han estado llenos de contrastes en la vida de Katrina Ford, cantante de Celebration. En sus recientes composiciones aparecen reflejadas unas fantásticas aventuras musicales que chocan con el telón de fondo de la crisis de la edad adulta. De esta colisión surge su nuevo disco, “Wounded Healer”. El quinto álbum en la carrera de la banda es su declaración más pura, siendo un trabajo íntimo y expansivo.

Desde el lanzamiento en el 2014 de “Albumin”, el trío liderado por Ford, su marido Sean Antanaitis (multiinstrumentista y organista) y el batería David Bergander han luchado para ser fieles a ellos mismos y tener la misma fortaleza que con la que empezaron. La crianza de los niños, la muerte, el cuidado de sus ancianos padres y diferentes tareas domésticas han hecho a menudo difícil encontrar un momento para la creación; sin embargo, y a pesar de ello, inspirados por todo lo mencionado anteriormente han encontrado el momento de unirse y hacer lo que aman. Esa sensación de alegría aparece aquí de una manera balsámica y sanadora. “Rollin On” es una canción que entra en erupción mediante una ráfaga de voces conmovedoras, un bajo potente y el sonido empujado por un órgano. “Velvet Gloves” es como una canción de Bond, su espléndida riqueza de matices sirve para transformar la angustia en drama. Las melodías de “Spider”, el gospel planeador de “Granite”, el funk de “Stevie”, el alt-pop de “Paper Trails” o el cariz de marchin’ band que toma “Drum and Phife” que marca una nota final de esperanza. «Deja que brille….» canta Ford, «dale tiempo…».

Celebration han compuesto este disco con tiempo y el dinero que obtuvieron en su última gira lo invirtieron en sesiones de estudio. Los excompañeros de banda Walker Teret y Tony Drummond fueron fundamentales para ayudar a asentar sus cimientos, hasta que Drummond se fue a trabajar en su álbum en solitario y Teret salió de gira con Lower Dens. Abrieron las puertas del estudio para que diferentes músicos fueran añadiendo flautas, tubas y diferentes cuerdas. Además de Teret y Drummond, unos 17 músicos adicionales intervienen en el álbum, ocho de ellos cantantes.

Entre las voces se encuentran el dúo The Twanger Sisters –en “Freedom Ring”–, Lauren Shusterich de Wildhoney –en “Granite” y “Stevie”– y Samuel T Herring de Future Islands –en “Paper Trails”–. Un equipo de all stars de la siempre activa escena musical de Baltimore.

Lo que emerge es un álbum positivo y envalentonado. Los resultados, ricos y amplios en matices, y los contrastes en cada canción dan al disco una gran fuerza de convicción. El tiempo ha jugado a su favor, la mayoría de los temas fueron escritos hace un tiempo y algunos de los sentimientos experimentados entonces han cambiado de contexto evolucionando hacia la curación y resolviendo con franqueza los problemas del pasado.

CD AIPAGARRIA

Rozwell Kid

“Precious art” • Side One Dummy, 2017 •&flexSpace;Power pop

Los seguidores de los primeros discos del grupo Weezer están de enhorabuena. El nuevo álbum de Rozwell Kid suena a la mejor época de la banda liderada por Rivers Cuomo. Los músicos de West Virginia ofrecen chorros de guitarras electrizantes llenas de melodías vibrantes, el ejemplo perfecto de lo que tiene que ser el pop. El sonido de Rozwell Kid está arraigado en el clásico power-pop de los años 90, donde aparecen influencias de bandas como Superdrag, Nada Surf o Fountains Of Wayne, formaciones que no tenían miedo al rock pero que también tenían una habilidad casi sobrenatural para escribir pequeñas píldoras de pop emocional. “Precious Art” es una reivindicación de aquel sonido en un grupo actual con gancho y buenas canciones.