XANDRA ROMERO
SALUD

Luces y sombras de la nueva estrategia vasca contra la obesidad

Esta puede que no sea una noticia novedosa, pues ya ha habido antecedentes en otras comunidades autonómicas, tal y como hemos recogido aquí, en 7k. Sin embargo, es la primera vez que algo así empieza a cocerse en la CAV y es que, a partir de ahora, el 50% de los productos de las máquinas vending tendrán que ser frutas y verduras locales. El Gobierno de Gasteiz dice haber iniciado con este cambio un ambicioso proyecto para conseguir una alimentación saludable. Alega que se trata de un programa innovador pero, como sabemos, no somos, ni de lejos, los primeros en poner una estrategia parecida en marcha.

Sin embargo, tenemos que reconocer que es un paso importante pues estas máquinas de vending se encuentran situadas en plena calle, en centros escolares y también en hospitales y centros sanitarios. De hecho, el Hospital Universitario de Cruces ya aplica desde hace dos años una similar política de distribución de alimentos en estas máquinas, al incluir alimentos como ensalada, fruta, yogur, lácteos y muesli.

Además, la nueva normativa recoge la obligación de que los productos a la venta cumplan con los requisitos de la estrategia NAOS (estrategia para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad) del Gobierno estatal y sobre cuya “funcionalidad” hablaremos en otro momento. Ciertamente sabemos que la alimentación es un factor determinante en un elevado porcentaje de muchos tipos de cáncer y enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y obesidad. Hoy por hoy, el 95% de las enfermedades crónicas en Euskal Herria están relacionadas con los malos hábitos alimentarios.

No obstante y a pesar de estos datos, se ha decidido elaborar esta serie de estrategias. Con muy buena intención, no lo dudo, aunque lo que sí pongo en duda es si la metodología ha sido la acertada. Si se nos preguntara en quiénes ha podido recaer la responsabilidad de participar en la elaboración de este proyecto de salud frente a la obesidad y otras patologías derivadas de una mala alimentación, a mí, a “bote pronto” se me ocurriría citar a nutricionistas, médicos de atención primaria, endocrinos, licenciados de E.F. y ciencias de la actividad física y deporte... Pero no, este proyecto ha sido elaborado de forma coordinada por instituciones, empresas y destacados cocineros, lo cual me parece muy enriquecedor y quizás también necesario, pero no suficiente para lograr el objetivo pretendido de arraigar unos hábitos de alimentación más saludables en nuestra sociedad.

Además, este proyecto incluye mejoras en la calidad de los menús escolares y en el ámbito laboral, y también se establecerá un programa de orientación a las empresas y centros de trabajo para acordar medidas centradas en mejorar la alimentación. Pero de nuevo, pregunto: ¿Quiénes llevarán a cabo esta labor: los nutricionistas? Pues no, porque no tienen espacio en nuestra sanidad pública. Por eso, el Gobierno de Gasteiz ha decidido que para qué va a contar con los profesionales que realmente tienen esa competencia, si “es mejor” formar a profesionales de la salud para homogeneizar las pautas generales que plantean cara a una alimentación saludable.

Para terminar haré una analogía dietética que viene como anillo al dedo: para alcanzar un peso saludable, hay que comer suficiente (no menos) pero mejor, y no hay que hacer siempre más y más ejercicio, si no mejor ejercicio. Es estupendo que nuestro Gobierno piense en nuevas estrategias, pero quizá deberían plantearse si la forma de llevarlas a cabo es la más adecuada.