TERESA MOLERES
SORBURUA

Plantar a raíz desnuda

Desde hace 40 años la mayoría de las plantas se cultivan en contenedores en cualquier época del año, con tal de que no hiele. Sin embargo, los jardineros profesionales prefieren plantarlas en invierno, a raíz desnuda, sin tierra y con las raíces al descubierto. Es un error bastante extendido pensar que los árboles y arbustos a raíz desnuda plantados en noviembre no echan raíces inmediatamente. En realidad, los periodos de lluvia y nieve contribuyen al contacto de las raíces finas con la tierra. Con los primeros días cálidos de primavera las raíces se desarrollan rápidamente y ya cumplen su función cuando comienza el verano. No es el caso de los ejemplares plantados en primavera, que no arraigan a no ser que el suelo permanezca húmedo. Resumiendo, de esta manera la planta forma un sistema radicular más fuerte. A esto se puede añadir que las plantas en plena tierra necesitan menos fertilizantes por lo que resultan más baratas. Este método se utiliza mayormente en frutales y rosales.

La excepción son las plantas persistentes y las coníferas, que no soportan el trasplante ni el desecamiento de la tierra en invierno. Tampoco es apropiado para las raíces carnosas de las magnolias, que hay que proteger en contenedor; ni para las mimosas de raíces sensibles, ni en el caso de las raíces de los arces japoneses que deben estar rodeadas siempre de tierra.

Para algunos jardineros, hacia el 25 de noviembre (Santa Catalina) es la mejor fecha para plantar rosales y arbustos a raíz desnuda. El ejemplar comprado hay que plantarlo enseguida. Si no es posible lo mantendremos hidratado en una zanja con arena húmeda o en un lugar frío, sin luz directa y envuelto en virutas o serrín húmedo.

Se pueden refrescar las raíces cortando los extremos con las tijeras de podar y luego sumergirlas hasta el injerto en un cubo con “garrapiñada” o praliné, que es una mezcla de tierra arcillosa y agua enriquecida con estiércol que se puede comprar ya preparada. En el hoyo de plantación se colocan las raíces y a continuación se rellenan los espacios vacíos con tierra de jardín y mantillo. Aplastar bien para que no queden bolsas de aire y formar una cubeta alrededor del pie. Finalmente añadir 10 litros de agua. Durante el primer año vigilar que la planta no se deseque por falta de agua de lluvia.