IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Caminos

Las trayectorias profesionales del ámbito de la cultura están siempre impregnadas por el fantasma de la precariedad laboral. Una sociedad gestionada por un sistema económico que basa su éxito en el rendimiento positivo hace que cuestiones tan vitales como la cultura caigan en las lógicas mercantiles que ya están siguiendo desde hace unos años áreas como la sanidad o la educación. No hay mercado para la creación artística o por lo menos no lo suficiente como para absorber desde lo privado la cantidad de agentes creadores que surgen cada año. Un mundo –el del arte– que bebe a su vez de muchos diferentes, diseño, escritura, ilustración, historiografía, educación... y que se roza constantemente con diferentes disciplinas y a su vez con cada vez menos opciones laborales. La dependencia de lo público es una de las salidas principales para las nuevas generaciones, entrando en circuitos de becas, residencias y concursos que auspician los primeros pasos de prometedoras carreras que acaban por frustrarse en el abismo que existe cuando se deja de formar parte de la etiqueta del “arte joven”.

Por otro lado, la formación académica, que con las nuevas leyes educativas ha obligado a llegar hasta el título de “máster” para tener una mínima opción curricular, no deja de crear nuevos doctorados que la universidad pública no puede reintegrar y que cuando lo hace roza condiciones económicas o contractuales sorprendentemente nefastas. Como en tantas ocasiones, estamos ante un mal social que señala con escozor las carencias con las que estamos construyendo nuestro futuro.

El Centro BilbaoArte pasa por ser uno de los espacios más activos en el apoyo del arte emergente. Desde su fundación en 1998 ha coordinado varios programas entre los que se encuentran las becas anuales y sus diferentes modalidades. Son varias las remesas de artistas que han disfrutado de sus instalaciones y de la oportunidad para la convivencia que brinda su programa de residencias y sus ayudas a la producción. Como cada año, su jornada de puertas abiertas se presenta como una gran ocasión para medir el pulso del presente artístico de nuestro contexto. Por eso la semana que empieza mañana viene cargada de actividades que nos permitirán acercarnos de diferentes maneras. Por un lado, una exposición colectiva que se inauguró el pasado viernes, día 7, y que se alarga hasta el día 18, acogiendo un elenco conformado por más de treinta nombres. Por otro, dos sesiones de encuentros con sus propias voces que en formato de no más de veinte minutos de duración realizarán una breve ponencia sobre sus procesos en dos sesiones en turnos de mañana y tarde los días 10 y 11 de este mes.

El pasado 6 de noviembre se inauguró en el Gabinete Abstracto de la Sala Rekalde de Bilbo la muestra de Iratxe Yañez (Bilbao, 1987), correspondiente al programa de exhibición de trabajos seleccionados en el programa Barriek, impulsado por la Diputación de Bizkaia. “Un/Atlas/Bat” es el título bajo el que Yañez despliega hasta el 5 de enero una apuesta por lo pictórico como punto de partida y llegada. Una experiencia vital vinculada a un viaje dispara sobre el lienzo una serie de formas que acaban fundiéndose en abstracción geométrica que en ocasiones nos lleva a engaño entre el ámbito del diseño gráfico o lo digital. Sin embargo, prevalece el gesto de la pintura y la materia sobre los planos de color.

Última oportunidad para acercarnos a la sala Luis de Ajuria de Gasteiz, pues este jueves día 13 acaba “Ordenaré mis actos” del veterano creador gasteiztarra Gerardo Armesto Larzabal (Gasteiz, 1949). Conformada por dibujos y objetos escultóricos de pequeño y mediano tamaño, supone el cierre a una línea iniciada en 2011.