TERESA MOLERES
SORBURUA

Con los pies en el agua

Numerosas plantas se cultivan en agua a menos de 20 cms de profundidad. Antes de plantarlas hay que vigilar que no lleven “lentejas de agua” para evitar el crecimiento descontrolado y antiestético de estas minúsculas especies. La mayoría de las semi-sumergidas, con sus raíces densas y largas, juegan un papel importante de retención en orillas muy pendientes. En este caso, para ayudar a las más jóvenes conviene colocar en los márgenes una red de fibras de yute .

Buscando crear un ambiente exótico, se pueden colocar algunas bien escogidas en tiestos que después, con la llegada del frío, se retiran. En mayo o junio hay que sacarlas de nuevo al estanque, como es el caso de los Papiros Cyperus, siempre cuidando de escoger una variedad ornamental C. alternifolia, ya que el auténtico papiro es demasiado alto y puede llegar a medir hasta cinco metros. El C. alternifolia crece rápidamente y necesita cambio de maceta cada año; se poda a finales de invierno para que salga compacto.

Otras plantas como la Colocasia Illustris, de grandes hojas bordeadas de negro, son apropiadas para colocarlas al borde del estanque. También el arroz Black Madras, que crece en el agua pero luego desarrolla hojas parecidas a las gramíneas de color púrpura. En nuestro entorno, contamos con numerosas variedades conocidas como son la Calthas palustris de flores amarillas o las calas (Zantedeschias), las blancas originarias de Etiopía y los híbridos de llamativos colores rojos vinosos. Con gusto más clásico no podemos olvidarnos de los lotos. Se los considera de cultivo difícil, sin embargo el Nelumbo nucifera y sus variedades conseguidas por los viveristas, se aclimatan sin dificultad. Necesitan que el agua del estanque esté caliente a partir de mayo o junio y es mejor plantarlos ya desarrollados –cuidando no dañar sus frágiles raíces–, en un lugar al sol y poco profundo, pero suficiente para que el cepellón esté protegido bajo el nivel del agua por si la superficie se hiela en invierno.

Si está a gusto en el sitio escogido, el loto se desarrollará hasta cubrir o invadir una gran superficie de agua. Las flores aportan un color rosa matizado antes de dar esos frutos que tienen forma de alcachofa de ducha. En una terraza soleada y en contenedores profundos, se pueden cultivar variedades de nenúfares enanos que emergen del agua 15 ó 20 cms.