Jone BURUZKO
IRUDITAN

Entre libros

Ahora que parece que los libros en papel no viven su mejor momento por eso de la invasión tecnológica, para los incondicionales de los libros, que son multitud, seguramente esta imagen de la biblioteca de Shaoyang, situada en la provincia central china de Hunan, emana cierta sensación de esperanza. En realidad no está entre las mejores bibliotecas del planeta, como la Vaticana, o la de la Universidad de Coimbra, el Gabinete portugués de Río de Janeiro, las estadounidenses de Baltimore o Washington, la de Dublín, las modernas alemanas de Berlín o Stuttgart… pero en la de Shaoyang sus habitantes pueden leer u ojear páginas cuando el frío aprieta –como a principios de este año cuando fue tomada esta imagen facilitada por AFP, aunque lamentablemente desconozcamos el nombre del fotógrafo– o durante los meses en los que el calor aprieta. Tiene una particularidad, es una biblioteca con techo de espejos, hay unas cuantas en China; eso sí sin llegar a la espectacularidad de la de Dujiangyan Zhongshuge, en Dujiangyan (Sichuan) –una verdadera obra arquitectónica con sus columnas y arcos repletos de ejemplares que parecen estar en movimiento– o la de Yangzhou. Todas cumplen con su cometido y algunas, incluso, convertirán a sus visitantes en auténticos devoradores de libros. No hace falta, basta con aprender a disfrutar de la lectura, meterse en otros mundos, otras historias. Es un tópico, pero leer es divertido.