Iker Fidalgo
Crítico de arte
PANORAMIKA

Materiales

El arte contemporáneo siempre se identifica con el protagonismo de lo plástico. A pesar de que lo matérico dejó de ser un requisito indispensable para la creación artística cuando surgieron el arte conceptual, el arte sonoro o la instalación, es inevitable entenderlo como un elemento indispensable. La evolución de las grandes disciplinas, pintura y escultura, ha ido conformando diferentes lenguajes en los que la definición formal ha evolucionado gracias, entre otras cosas, a la propia experimentación técnica. La creación objetual basa su potencial en la relación entre lo poético y lo físico. El arte permite dotar a un objeto de un estatus simbólico. Un referente que eleva la función de sus componentes a un lugar muy diferente al que pertenecen. De esta relación entre el proceso creativo y el protagonismo de los materiales, siguen surgiendo propuestas que retuercen aquellos espacios que creemos establecidos. El arte sigue siendo capaz de trabajar desde lo tangible y lo corpóreo para hablar de lo invisible, de lo sensible y de lo imaginado.

El pasado 11 de junio, el Museo Guggenheim de Bilbo inauguró la exposición “La línea del ingenio” bajo la batuta comisarial de Lekha Hileman Waitoller. La experimentación y el desbordamiento de las convenciones del arte es la línea principal en torno a la que se organizan las piezas que engrosan el proyecto que podrá visitarse hasta enero del próximo 2022. Las obras pertenecen a la colección del museo que de esta manera exhibe, desde otra óptica, parte de sus fondos.

Las tres secciones que vertebran el recorrido dan cuenta de diferentes aspectos y decisiones que durante el proceso de creación han ido sucediendo hasta llegar a los resultados finales. En la primera parte, “Desafiando la tradición”, las obras dialogan entre sí para mostrar la innovación del uso de los materiales que las componen. Destaca la pintura de Yoko Ono resultante de una performance realizada en el 2014 en el mismo museo, que queda como rastro y registro de una acción para convertirse ahora en una obra en sí misma. “Modos de representación” se detiene en la figuración y en la representación humana mientras que en “Materiales y métodos”, la abstracción inunda las paredes de la sala. Las barreras de lo pictórico se tambalean y el lienzo sirve a la vez como soporte y material. El pigmento deja de ser un mero color y sirve para pintar elementos que se superponen. Como ejemplo, la pieza de Julian Schnabel. Un mural de más de 5 metros de largo en el que los fragmentos de platos y partes de vajilla pegados sobre el fondo, aportan una materialidad casi escultórica a una pintura que se desprende de lo bidimensional y salta al espacio.

“La línea del ingenio” indaga en las formas que estas artistas han adoptado para resolver los problemas formales que se presentan en su práctica y que se presentan ante el público como una invitación a profundizar sobre el cuestionamiento de los límites.

“Resina, brea y glicerina” es el título con el que la artista Miriam Isasi (Gasteiz, 1981) bautizó al proyecto inaugurado el pasado mayo en Azkuna Zentroa Alhóndiga de Bilbo. A modo de instalación en la que conviven propuestas escultóricas y elementos casi de laboratorio, se nos muestran los resultados de una investigación etnobotánica que Isasi viene desarrollando hace tiempo. Encontramos en la sala ecos con aquella exposición que la artista realizara el año pasado en la galería Talka de Gasteiz y que reseñamos en estas páginas. El lenguaje plástico aporta una capa muy valiosa a la investigación pues se centra en la relación entre lo material y los diferentes usos que la cultura popular ha desarrollado en la relación con el paisaje. La muestra podrá verse hasta el próximo día 26.