Iker Fidalgo
Crítico de arte
PANORAMIKA

Bien común

Los trabajos premiados en el programa Ertibil Bizkaia pueden verse hasta el próximo domingo en la Sala Rekalde de Bilbo. Luego se expondrán en Getxo, Sestao, Balmaseda y Barakaldo.
Los trabajos premiados en el programa Ertibil Bizkaia pueden verse hasta el próximo domingo en la Sala Rekalde de Bilbo. Luego se expondrán en Getxo, Sestao, Balmaseda y Barakaldo. (Marisol Ramirez | FOKU)

La cultura es un valor social. Nos ayuda a relacionarnos con lo que nos rodea y nos empuja a entender los cambios a los que nos arrastra el devenir de los tiempos. Las nuevas perspectivas emergen como desafíos a los que enfrentarnos y enriquecen nuestras experiencias ayudándonos a formar una visión crítica, cualidad indispensable para ejercer nuestra responsabilidad como habitantes de este planeta. Es por esto por lo que quizás podamos exigir que la cultura en general y el arte en particular, sean tratados como un bien básico y la responsabilidad sobre el estado de su salud deba recaer en la infraestructura del sector público. Entender que incluso pueda llegar a ser deficitaria, en el sentido meramente económico, y equiparar la necesidad de su apoyo a campos como la investigación o la educación.

Es innegable que las sociedades necesitan la creación cultural para avanzar y fomentar el respeto y la comprensión mútua. Queda entonces en nuestra labor como público, abrazar la convicción de que debemos no bajar la guardia y exigir a nuestras administraciones programas que apoyen a un sector condenado a vivir sobre el barro de la incertidumbre, de lo contrario el futuro será, sin duda, mucho más oscuro.

Tras la celebración de su aniversario número cuarenta en forma de una propuesta expositiva y una serie de actividades públicas que ya reseñamos en estas páginas, el programa Ertibil Bizkaia inauguró a mediados del pasado julio una nueva edición. La Sala Rekalde, escenario habitual de esta iniciativa impulsada por la Diputación Foral de Bizkaia, vuelve a convertirse en punto de partida para una muestra itinerante en la que podrán verse los trabajos premiados en esta entrega número cuarenta y uno. Hasta el domingo de la semana que viene estará disponible en la sala del centro de Bilbo para después viajar a Getxo, Sestao, Balmaseda y Barakaldo. Siempre es relevante e importante acercarse a lo que ofrece esta cita anual. Por un lado, porque representa una apuesta pública y continuada del apoyo institucional a las nuevas generaciones de creadoras. Por otro, porque nos permite conocer de cerca el tejido artístico del territorio. En esta edición los nombres que han sido premiados son: Jon Ander García, Maider Aldasoro Diaz y el colectivo formado por Ibai Madariaga Sagastizabal & Miel Oyarzabal, todos ellos disfrutarán de una residencia en Japón el próximo 2024.

Además, quince autores y autoras más han resultado mencionados y completan el elenco que conforma la exposición. En sala no debemos esperar un hilo narrativo o una coherencia entre piezas. La fortaleza de este tipo de muestras, que son resultado de un concurso, reside en la posibilidad de acercarnos a múltiples disciplinas y modos de hacer concentrados en un mismo recorrido. Conocer lo que está sucediendo es imprescindible para aprender a ponerlo en valor.