MIKEL INSAUSTI
CINE

«Trumbo»

La elección del actor Bryan Cranston para encarnar a Dalton Trumbo parece acertada, y por lo que se puede ver en las fotos y primeros avances de “Trumbo”, ha conseguido un aspecto físico muy similar. Sorprende más que el guión de este biopic haya recaído en manos del televisivo John McNamara y que de la realización se encargue Jay Roach. Se trata de un cineasta ya de por sí desconcertante, que alterna las comedias comerciales (“Austin Powers”, “Los padres de ella”, “La cena de los idiotas”) con documentales políticos (“Recount”, “Game Chance”). En cuanto al reparto se refiere, Bryan Cranston está muy bien respaldado, con Diane Lane en el papel de la esposa del guionista y escritor Cleo, Elle Fanning como su hija Nikola, Helen Mirren como la cronista de sociedad Hedda Hopper o John Goodman como el caricaturista Frank King.

El grueso del reparto, tal y como sucede con la mayoría de biopics sobre historias de Hollywood, se compone de rostros menos conocidos, en los que se busca una similitud con estrellas de la época o personalidades de la industria del cine. Michael Stuhlbarg hace de Edward G. Robinson, Dean O’Gorman de Kirk Douglas, David James Elliott de John Wayne, John Getz del director Sam Wood, Christian Berkel del director Otto Preminger, Richard Portnow del dueño de la Metro Louis B. Mayer, Mark Harelik del ejecutivo de la Universal Ed Muhl y Rick Kelly del presidente John F. Kennedy.

Por lo que se puede apreciar en el casting, se ha tirado más hacia las celebridades que hacia los verdaderos protagonistas de la lucha política frente al macarthismo, dando por sentado que un largometraje de duración estándar jamás podrá condensar la obra y vida de un activista y creador como Dalton Trumbo. La película ha de ser forzosamente parcial, por más que quiera centrarse en el periodo de la caza de brujas. No aparecen el resto de los componentes del grupo de resistencia conocido como Los Diez de Hollywood, ni tampoco otros de los colaboradores de Trumbo que también fueron víctimas de aquella persecución ideológica, teniendo que exiliarse y utilizar seudónimos para poder seguir trabajando.

Todo empezó cuando Dalton Trumbo y el resto de componentes de Los Diez se negaron en 1947 a testificar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, dentro de la campaña orquestada por el senador Joseph MacCarthy para depurar el sector cinematográfico, eliminando a todos los elementos de izquierdas, al no faltar estrellas dispuestas a colaborar delatando a sus compañeros con testimonios delirantes, dignos de la peor de las ficciones. Trumbo se mantuvo fiel a sus principios y no quiso participar en aquella farsa autoritarista, siendo encarcelado. Una vez en México, se vio obligado a seguir escribiendo con nombres falsos.

Antes de este biopic, ya existía el muy recomendable documental “Trumbo y la lista negra”, realizado por Peter Askin y escrito por Chris Trumbo, hijo del guionista. Su figura también aparecía interpretada por el actor Owen Brenman en “Punto de mira”, recreación del galés Karl Francis que se centraba más en el caso del cineasta Herbert J. Biberman, artífice de “La sal de la tierra”. Pero todos los talentos que se vieron perjudicados por su inclusión en la lista negra serían merecedores de sus respectivos biopics o documentales.

El comienzo de la década de los 50 fue terrible para nuestro hombre y la gente con la que trabajó, como Joseph Losey con “The Prowler” (1951), John Berry con “He Ran All the Way” (1951) o Joseph H. Lewis con “El demonio de las armas” (1950). Los Oscar que Trumbo ganó bajo una identidad falsa por “Vacaciones en Roma” (1953), de William Wyler, y “El Bravo” (1956), de Irving Rapper, no le serían reconocidos oficialmente hasta tiempo después. Tardaría toda su carrera en llevar a la pantalla su novela “Johnny cogió su fusil”.