Conny Beyreuther
IRUDITAN

Postal de otro siglo

Un día caluroso de primavera alrededor de 1900, día de feria en la calle Mulberry, Manhattan, Nueva York. Aquí, en el corazón de Little Italy, se venden a pie de calle productos frescos, sobre todo fruta y vegetales, pero también ropa y zapatos desde carruajes tirados por caballos; hay cafés al aire libre, una mudanza en mitad de la calle, un letrero de la “Banca Malzone”, farolas de gas, tropeles de niños, bigotes sicilianos, ropa y mantas colgados de balcones y escaleras de incendios... La escena transmite un cierto aire mediterráneo, como sacada de la segunda parte de “El Padrino”.

NY en 1900 era una confederación de barrios independientes, muchos mundos en una misma ciudad, en constante transformación (la misma calle de Mulberry continua a Chinatown). Inmigración, gente de paso, colorido… Un país en ebullición económica, entusiasta, con sus grandes urbes entregadas al comercio.

El fotógrafo no pasó desapercibido. Sacó la foto desde una posición elevada en medio de la calle. Y, a pesar de tener unos 115 años, la fotografía está en color. Gracias a una técnica de fotolitografía inventada en Suiza por Hans Jacob Schmid en 1880: el fotocromo,

con el que se conseguían copias en color (y en serie) hechas de negativos en blanco y negro transferidos directamente a planchas de litografía.

La foto de este “Iruditan” es del archivo de la Companía fotográfica de Detroit, el archivo norteamericano más importante de 1888 a 1924, clasificado en 100.000 temas, sobre todo paisajes, retratos y escenas urbanas. La Compañía construyó una fábrica en Detroit para imprimir postales con el proceso de fotocromo, aprovechando el bajo coste de los sellos de correos. Añadió una tienda y una sala de exposiciones y contrató al fotógrafo William H. Jackson, quien durante los siguientes 30 años exploró el Oeste (ya un poco menos salvaje).

Produjeron 7 milliones de postales al año, hasta que en 1910 llegó la competencia. La Primera Guerra Mundial y la recesión llevaron finalmente la empresa a la quiebra. Unos 25.000 negativos en vidrio se conservan en la Biblioteca del Congreso en Washington.