Natxo MATXIN
DERBI EN EL SADAR

Desmesurada influencia arbitral

La expulsión de Sergio Mora, tras cometer un riguroso penalti, resultó determinante para que Osasuna le diese la vuelta al 0-1 que había conseguido Raúl García en el minuto 19. Roberto Torres guió a los navarros y Urko Vera anotó su primer gol como rojillo.

OSASUNA 3

ALAVÉS 1

 

El derbi cayó del lado local, influenciado notablemente por las decisiones arbitrales. La expulsión por doble amarilla de Sergio Mora al filo de la media hora de partido en una jugada que González Fuertes consideró penalti marcó el devenir del choque, pues a partir de ahí se fraguó la remontada rojilla, la primera que consigue en la presente temporada.

Llueve sobre mojado para el Alavés en lo que se refiere a su relación con los trencillas y su técnico, José Bordalás, se mostró «impotente y cansado» por la situación. No solo eso, el propio preparador osasunista, Enrique Martín, no tuvo inconveniente en reconocer los errores del colegiado, algo que le honra. Y es que, además de la jugada polémica mencionada, en el 0-1 del Alavés pudo haber agarrón de Juli a Nauzet (m.19), la primera tarjeta de Sergio Mora fue desmedida (m.20), la propia pena máxima se puede considerar rigurosa (m.25) y Berenguer pudo también enfilar el camino de vestuarios por una agresión sin balón (m.44), que se quedó en una benevolente amarilla.

Con todo, el encuentro fue bastante más que resoluciones arbitrales, las cuales, dicho sea de paso, unas veces te favorecen y otras te perjudican, y Osasuna sabe de eso, aunque ahora mismo el Alavés se sienta seriamente damnificado, y con razón. De inicio, los anfitriones sorprendieron o, mejor dicho, su míster, con la disposición táctica sobre el verde. Toda la semana estuvo ensayando una especie de 4-3-3 para acabar alineando otra defensa de cinco, con Berenguer como improvisado lateral izquierdo, con relativa libertad de movimientos.

Más que el dibujo, fue la actitud inicial de los propietarios del terreno de juego la que estuvo a la altura del magnífico ambiente que reinaba en sus gradas. Pillando de improviso, además, a un Alavés que suele salir muy enchufado en los primeros minutos, pero que se vio sobrepasado por el vendaval de fútbol rojillo en esa primera fase del derbi. Los locales se empeñaron en encimar a un Fernando Pacheco saturado de trabajo desde el pitido inicial.

Roberto Torres y Miguel de las Cuevas –su primera titularidad desde que fue fichado en el mercado invernal– dieron inicio a un repertorio de triangulaciones y pases que después serían determinantes. Fue, de hecho, el de Arre quien puso a prueba las felinas cualidades del cancerbero babazorro, cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos, y un afanoso Urko Vera le dio continuidad a dicha dinámica, pero todavía con el punto de mira desviado.

Disparos lejanos y 0-1

Los visitantes contrarrestaban la avalancha con disparos lejanos –Estrada y Juli– y alguna que otra incorporación desde el medio campo, como hizo Sergio Mora en el 18, preámbulo de un buen centro de Raúl García que el citado Juli envió a la base del poste, enzarzándose en un abrazo mutuo a renglón seguido con Nauzet, lo que impidió que el guardameta canario saliese a tapar el tiro del lateral zurdo albiazul, quien había seguido muy bien la jugada.

El Alavés se ponía por delante y propiciaba una coyuntura en la que suele manejarse a las mil maravillas. Pero no contaría con otras circunstancias que se le volverían adversas. Apenas en la jugada siguiente al 0-1, Sergio Mora vio su primera amonestación y, cinco minutos después, llegaría el penalti y la expulsión. Osasuna no desaprovechó ni los once metros ni la superioridad numérica para darle la vuelta al electrónico.

Con esa ventaja, el dominio de los jugones rojillos sobre el centro del campo alavés se tornó mucho más intenso. Las precisas asistencias de Roberto Torres, que pudo pensar con aún mayor libertad, resultaron letales en el último tramo de esa primera parte. Tanto Urko Vera, que se estrenó como goleador en una jugada plena de fuerza al irse en velocidad de Pelegrín, como Nino exprimieron con eficacia los envíos de su compañero para poner definitiva tierra de por medio.

Y ahí prácticamente se acabó la historia del encuentro. Porque tras el descanso todo se enfrió. Bordalás rearmó el doble pivote con la entrada de Bernardello, pendiente de no encajar más y aprovechar el balón parado, y Osasuna se dedicó a sestear más de la cuenta, desaprovechando una inmejorable oportunidad para inclinar de su lado el gol average particular, de lo que podría arrepentirse en la última jornada.

Jornada propicia

Beneficio provechoso para Osasuna y consuelo para Alavés, la jornada fue muy propicia, pues todos los rivales directos tropezaron. De hecho, los babazorros conservan su segunda plaza con 49 puntos, tras perder el Córdoba con el Lugo (1-2) y el Leganés no aumenta su distancia respecto a los albiazules, después de caer derrotado en casa con el Tenerife (0-1), la sorpresa del fin de semana.

Justo detrás de los albiazules se ha formado un trío con 46 puntos en el que Osasuna ha alcanzado al Oviedo y a los andaluces, tras los tropiezos de ambos. Se mete en los puestos de play-off un Zaragoza que sigue al alza después de vencer al Albacete in extremis, ocupando el puesto de un Nàstic que continúa empatando.

 

«Alavés, primero, y nosotros, segundos»

«Me encanta el espíritu competitivo que tiene el Alavés, hasta el último segundo ha trabajado con uno menos. Ojalá acabe primero al final de temporada y nosotros, segundos. A ver si el año que viene nos vemos en otra categoría», aventuró un Enrique Martín contento por la victoria, pero no tanto por algunas otras cosas que vio de los suyos.

«Es verdad que hemos enfriado el partido en el segundo tiempo, pero estoy cabreado porque desde fuera se veía que apretando se podían hacer más cosas», reconoció. Su opinión fue bastante bien diferente respecto a la primera parte. «Ha sido espectacular, con esta afición, este club ha sido capaz de conseguir muchos logros. ¿Por qué no podemos ponernos todos las pilas para luchar por la parte alta?», se interrogó el preparador de Campanas, quien dedicó el triunfo a los dos aficionados rojillos agredidos en Córdoba.

Bien diferente fue el tono y mensaje de José Bordalás quien, aparte de las quejas por las decisiones arbitrales, destacó que el equipo, pese a todos los inconvenientes, «no ha bajado los brazos». «En el descanso les he comentado que había que abstraerse del resultado y, sobre todo, que no nos hiciesen más goles. Creo que han estado serios y no se les puede reprochar nada», añadió el entrenador alicantino.

El míster babazorro también felicitó a ambas aficiones, «que han estado sensacionales, aunque finalmente cosas ajenas a los profesionales hayan marcado el resultado». Asimismo, se refirió al debut de Asier Benito en competición oficial. «Lleva marcados 17 goles en nuestro filial y nosotros estamos carentes de ello. Tiene trabajo y aguanta bien el balón, además de buscar faltas», analizó.N.M.

 

Multitudinaria kalejira, protesta en el minuto 12 y gran ambiente festivo

Una gran número de hinchas rojillos y babazorros se dieron cita en la Plaza de los Fueros para iniciar una multitudinaria kalejira –ocupó las dos vías de la Avenida de Zaragoza– que finalizó en El Sadar, exigiendo respeto hacia los derechos de los aficionados.

Las protestas no acabaron ahí. Como estaba previsto, en el minuto 12 de partido gran parte del campo entonó el «Tebas, vete ya» que también se ha oído con frecuencia en otros estadios.

Ambas aficiones acabaron animando al rival y entonando algunos himnos populares como «Ikusi mendizaleak» o «Borrokalari kalera». N.M.