Mientras Arcelor Mittal finalizaba ayer con éxito la ampliación de capital por un importe de 3.300 millones de euros para reducir su endeudamiento y reforzar su balance, cientos de operarios de la planta de Zumarraga se concentraron frente a la factoría guipuzcoana bajo el lema “No al cierre de Arcelor”. Esta protesta se enmarca dentro del nuevo calendario de movilizaciones que ratificó la asamblea de trabajadores el viernes por el anuncio de cese parcial de la actividad y la recolocación de empleados a otras factorías del grupo, y se mantendrá hasta que finalice el conflicto.

Además, la plantilla, formada por 325 trabajadores, acudirá el viernes a Bilbo a concentrarse junto a sus compañeros de la ACB de Sestao con motivo de la celebración de la Junta de accionistas de Iberdrola, y el día 12 realizarán un paro de 24 horas.

Antes, mañana a las 11.00 en Zumarraga, el comité volverá a reunirse con la dirección, que expondrá un plan técnico y jurídico para su propuesta de recolocaciones. Este encuentro se producirá después de la primera toma de contacto entre ambas partes que se produjo el lunes en el Preco de Donostia, por lo que mañana comenzará oficialmente el periodo de consultas, que constará de 15 días.

Las partes, «en sintonía»

El mismo lunes, el comité se reunió por la tarde con el Gobierno de Lakua, la Diputación de Gipuzkoa y los Ayuntamientos de Urretxu, Zumarraga, Legazpi y Ezkio-Itxaso para analizar el encuentro matutino. El representante de UGT en el comité, Adolfo Sastre, explicó ayer que esa reunión fue «cordial» y todas las partes se mostraron «en sintonía» en torno a la idea de que la planta «puede ser viable» y que «no hay más que hacer inversiones, lo que no se ha hecho desde hace tiempo».

Esa misma idea recalcó la consejera Arantza Tapia, quien indicó que es «unánime» el acuerdo en torno al «documento base» de trabajo para buscar una solución a la situación de la planta. «Otra cosa son los detalles a los que tengamos que llegar en un determinado momento con la empresa», añadió Tapia.

Volvió a insistir que dicha propuesta, que hace referencia a los costes energéticos, «no pretende ser un plan de viabilidad», sino «una propuesta de trabajo» dirigida a que Arcelor Mittal haga una serie de inversiones que hagan posible el mantenimiento del empleo en Zumarraga y en Urola Garaia.

La consejera también recalcó que la «responsabilidad absoluta» de elaborar un plan industrial es de la empresa, con quien mantiene un contacto permanente, y dejó claro que para ello el Ejecutivo vasco debe ser «un colaborador necesario», aunque subrayó que la negociación principal es entre dirección y comité de empresa.

Remai y Tramame sufren las consecuencias

Las delicadas situaciones de Arcelor Mittal de Zumarraga y Sestao o la de Tubos Reunidos en Amurrio y Trapagaran, sumado al «bajo precio de la chatarra», ha traído varias consecuencias. Las empresas Remai y Tramame, pertenecientes al mismo grupo y que trabajan para esas mencionadas multinacionales, han presentado sendos ERTEs para la totalidad de sus plantillas, alrededor de 65 o 70 personas entre las dos.

Según explicaron fuentes de las compañías a Europa Press, Tramame tiene un total de 27 trabajadores repartidos entre Murga y Amurrio, a los que habría que sumar el personal administrativo. En el caso de Remai, con más de una treintena de empleados, se dedica principalmente al suministro de materias primas para acerías, por lo que se ha visto afectada por Arcelor, pero también suministra a Tubos Reunidos y Productos Tubulares. Además, Montajes Metálicos Jáuregi, que también trabaja como contrata de Tubos Reunidos, no descarta tener que presentar un ERTE para sus 33 trabajadores de Amurrio.

Precisamente, LAB se concentró ayer en Amurrio, coincidiendo con la llegada de la Euskal Herriko Itzulia a esta localidad, para protestar contra el ERTE de Tubos Reunidos para 776 de sus 890 trabajadores. El comité y la dirección se volverán a reunir hoy. GARA