Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Reina Cristina»

Una pionera del feminismo en la corte sueca del XVII

Mientras Aki Kaurismäki se ha hecho grande con películas pequeñas, su hermano mayor Mika ha optado directamente por hacer una película de gran presupuesto, fuera de las limitaciones del cine finlandés. “The Girl King” es una coproducción internacional que ha costado seis millones y medio de euros y que ha sido rodada en inglés y en algo de francés. Lo segundo es históricamente pertinente, porque en la corte sueca del siglo XVII se hablaba dicho idioma, pero lo primero responde únicamente a necesidades de distribución. Así que lo de la fidelidad a la época retratada siempre resulta cuestionable, asunto que nos lleva a dirimir que las adaptaciones históricas se hacen de acuerdo con la mentalidad imperante en el momento de su realización. Por tanto “La reina Cristina de Suecia” (1933) fue hecha por Rouben Mamoulian dentro de los cauces de Hollywood, en clave de romance heterosexual y limitando la ambiguedad de la protagonista a un juego de disfraces. El cine inglés prefirió poner años después el acento en su conversión al catolicismo, tema central de “Abdicación” (1974), realizada por el artesanal Anthony Harvey.

Pero al margen de las distintas lecturas coyunturales, el común denominador que une a todas las versiones sobre tan icónica figura es el de la fuerza interpretativa de las actrices que la han encarnado. Y he de decir que la sueca Malin Buska elegida por Mika Kaurismäki está a la altura de su compatriota Greta Garbo y de la noruega Liv Ullmann, por más que se trate de precedentes muy ilustres. Si bien es cierto que cuenta con la ventaja de tener réplicas más interesantes, gracias a moverse con la libertad que le permite su reivindicación como pionera del feminismo. Y así puede intimar con una cortesana representada por la canadiense Sarah Gadon, y tener contacto intelectual con el Descartes incorporado por el belga Patrick Bauchau.