Rusia afirmó ayer su disposición a coordinarse con la coalición kurdo-árabe y EEUU en su ofensiva en el norte de Raqa, el feudo del ISIS. «Puedo decir con seguridad que estamos dispuestos a esa coordinación. Hoy existe esa posibilidad», afirmó el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov. El anuncio ruso llega cuando las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), con el apoyo de EEUU, lanzaron una ofensiva al norte de Raqa. Un portavoz militar estadounidense, el coronel Steve Warren, confirmó esta operación que llevan a cabo varios miles de combatientes. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que se estaban produciendo intensos bombardeos aéreos de la coalición liderada por Washington «al norte de Raqa y sobre la misma ciudad».

Las FDS son una coalición de grupos armados kurdos y árabes, dominado por las YPG kurdas, que lucha contra el ISIS en Rojava (Kurdistán Occidental) y supone la fuerza más efectiva contra los yihadistas sobre el terreno, si bien Raqa no forma parte de esa región kurda. Responsables estadounidenses confirmaron, bajo anonimato, que las FDS no atacan directamente Raqa sino que sus combatientes ganan terreno y «continúan avanzando» hacia la ciudad.

A la vez, EEUU y Rusia intentaban ayer salvar la precaria tregua pactada en Siria, que ha sido violada en varias ocasiones, sobre todo en Alepo y en Ghuta Oriental, al este de Damasco, donde el Ejército mantiene una ofensiva hace diez días. Washington pide a Rusia que presione a Damasco y, a la vez, debe controlar a los grupos insurgentes que amenazan con responder en todo Siria si el régimen no deja de bombardear Daraya y Ghuta, un ultimátum que expiraba ayer. Rusia pidió un cese el fuego de 72 horas a partir de mañana en ambas zonas.

Por otro lado, Moscú desmintió que cuatro helicópteros suyos fueran destruidos la semana pasada en un ataque del ISIS, como había asegurado la agencia de inteligencia estadounidense Stratfor.