GARA
BERLÍN

Miles de objetos personales de prisioneros de los nazis esperan dueño

Carteras, fotos, relojes, anillos de boda e incluso cartas requisadas a prisioneros antes de entrar en los campos de concentración nazis forman parte del archivo de objetos personales, todavía muchos sin dueño, que guarda el Servicio de Búsqueda Internacional (ITS).

Fundado antes de terminar la Segunda Guerra Mundial con el propósito de localizar a familiares separados por el conflicto, desaparecidos o muertos, este organismo reúne además cerca de 30 millones de documentos, desde testimonios de supervivientes e informes de los aliados, a listados con los nombres de millones de trabajadores forzosos en empresas colaboradoras con el Tercer Reich. «Cuando los prisioneros ingresaban en los campos, les quitaban todo lo que llevaban encima», explica la encargada de la comunicación del ITS, Friederike Scharlau.

El organismo, con sede en Bad Arolsen (oeste de Alemania), reunió multitud de esos objetos y decidió lanzar una campaña de búsqueda a gran escala para poder analizarlos y devolverlos a los familiares de las víctimas. «No es tanto por el valor monetario que puedan tener las joyas. Lo que importa es el valor sentimental», apunta Scharlau.

A pesar de los diferentes proyectos de investigación llevados a cabo en 2009 y 2011, muchas de las pertenencias que el ITS atesora mantienen la etiqueta de «propietario desconocido». Para hacer frente a este problema y facilitar a familiares y herederos la identificación de los objetos, el organismo mantiene abierta al público una lista en su página web con todo su inventario.

La mayoría de los fondos proceden de los campos de Neuengamme y de Dachau.