Al menos tres policías murieron y otros tres resultaron heridos en un tiroteo en Baton Rouge (Lusiana), en el que también murió uno de los atacantes, según la oficina del sherif, que señaló que otros dos «podrían haber huido», por lo que comenzó una intensa búsqueda por toda la ciudad.

El ataque se produce solo diez días después de la muerte en otro tiroteo de cinco policías en Dallas, y en un contexto de fuertes tensiones raciales en la capital de Luisiana, escenario de numerosas manifestaciones contra la violencia policial, como la que provocó la muerte de Alton Sterling, un joven vendedor ambulante negro a comienzos de mes, en la misma ciudad.

«Por segunda vez en dos semanas, agentes de Policía, que ponen su vida en peligro a diario para proteger la nuestra, han sido asesinados cobardemente mientras hacían su trabajo», denunció el presidente, Barack Obama.

En la cadena de televisión local WAFB9, el alcalde de Baton Rouge, Kip Holden pidió calma, temiendo un nuevo aumento de la tensión. «No dejemos que nadie defina a esta comunidad por actos absursos de violencia», declaró.

En un primer momento se presumió que los agentes intervinieron ante un tiroteo previo entre varios individuos, según el portavoz del sherif, Casey Rayborn Hicks, aunque también se especuló con la posibilidad de una emboscada. Un vídeo de la cadena local WAFB9 mostraba a policías llegando al lugar del tiroteo mientras se oían los sonidos de disparos, primero espaciados y luego más brevemente, ráfagas más intensas.

Baton Rouge ha sido escenario en las últimas semanas de numerosas manifestaciones, a menudo duramente reprimidas por la Policía, tras la muerte de Alton Sterling, que fue recogida por un vídeo aficionado y divulgada por internet. Sterling fue tiroteado a quemarropa cuando ya estaba inmovilizado, lo que provocó una ola de indignación que aumentó al día siguiente por la muerte de otro negro, Philando Castile, por disparos de un policía, esta vez en el Estado de Minnesota. En el curso de una de las muchas manifestaciones de protesta por estos hechos que se produjeron en el país en los días siguientes, un hombre mató a cinco policías en Dallas el pasado 7 de julio, antes de ser abatido, a su vez, por disparos de los agentes.

Micah Johnson afirmó querer matar policías blancos en respuesta a la muerte de dos afroamericanos. La pasada semana, la Policía de Baton Rouge, había informado de la detención de tres personsas que supuestamente proyectaban matar policías. Un comunicado policial aseguró el martes que uno de los arrestados, Antonio Thomas, de 17 años, dijo «durante su interrogatorio que, junto a otros tres sospechosos habían robado armas y querían hacerse con balas para disparar contra la Policía. La legislación sobre armas de fuego en Louisiana permite fácilmente procurarse armamento, incluidos fusiles de asalto semiautomáticos.

Por su parte, el virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, que será elegido en la convención del partido que comienza hoy, utilizó la muerte de los policías como ejemplo de que la población quiere «ley y orden» y criticar «la falta de liderazgo en nuestro país».