La comisión especial para el impeachment en el Senado de Brasil acordó ayer, con 14 votos a favor 5 en contra, enviar a la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, a un juicio político que puede desembocar en su destitución.

La decisión de someter a Rousseff a un juicio político deberá ser refrendado en el pleno del Senado el próximo martes, en una sesión que se desarrollará con la mayor competición deportiva mundial como telón de fondo. Al menos 41 de los 81 senadores deberán votar a favor para su aprobación definitiva.

Si obtiene la mayoría requerida, el veredicto del Senado será enviado al Tribunal Supremo Federal para que fije la fecha del juicio político, que se celebrará en la Cámara Alta y estará dirigido por el presidente del citado tribunal, Ricardo Lewandowski, quien ya ha sugerido el 25 de agosto.

Rousseff, que acusa a su exvicepresidente Michel Temer de traicionarle y denuncia un golpe en su contra, está acusada de irregularidades contables y está «pagando la cuenta de los errores del PT», según dijo la senadora conservadora Ana Amelia (PP) a AFP.