Uno se imagina que en el día después de la apremiante victoria en Riazor, Ernesto Valverde no perdió un segundo en abrir las páginas de los diarios, al menos las referentes al partido de los suyos. Al técnico rojiblanco se le nota a la defensiva, sabedor de que sí, el Athletic y su entorno es diferente, pero según para qué cosas. Y aquí, en Valencia o en Vigo, si no sumas puntos, nadie se acuerda del ayer, solo vale el hoy en este fútbol de las urgencias, la superficialidad, la inmediatez y falta de perspectiva. El de Viandar de la Vera afronta su cuarta temporada al frente del club de sus amores. Nadie duda de que el equipo está a día de hoy en las mejores manos posibles, pero al mismo tiempo él sabe que el desgaste es infinitamente mayor en Bilbo que en cualquier otra plaza. Y quizá por eso, y porque las cosas no han empezado bien, a Valverde se le nota a la defensiva.

Tras la derrota ante el Barcelona, y después de que los leones causarán una mucha mejor impresión que ante el Sporting, fue cuestionado sobre si la pretemporada del equipo aún no había terminado dado que el nivel de juego no era el esperado. Su respuesta, dolida, le salió de adentro: «Claro, todo va en función del resultado. Hacemos dos partidos desastrosos, ganamos los dos, sacamos seis puntos y decimos que la pretemporada ha sido cojonuda –léase el adjetivo que utiliza en alguien siempre sumamente moderado–, pero claro, ¿qué más da meterle una presión al Barça durante 90 minutos si pierdes 0-1? Y me dices que es que estamos de pretemporada... Bueno, pues mira, nos toca aguantar... Esta película ya la hemos visto, ya sabemos de qué va, en función de si ganas o pierdes... El que quiere verlo todo negro, esto es gratis, cada uno que lo vea como quiera. Pero la pretemporada ha acabado ¿eh? Todo va en función de las victorias y los puntos, no tenemos ninguno, pues a aguantarmos e intentaremos ganar el siguiente». Cristalino.

Y el Athletic ganó el siguiente, al Deportivo, pero ofreciendo un fútbol que sigue distando mucho no del deseado sino incluso del esperado teniendo en cuenta que la plantilla ha dispuesto de un verano enfocado a un buen arranque liguero, dicho por el propio entrenador en la previa ante el Sporting. «Estamos preparados, llevamos tiempo de pretemporada, sin previas ni partidos oficiales, todo el foco está puesto contra el Sporting. El equipo dará una buena medida el domingo. Empezar bien lo es todo», fueron sus palabras ante del sopapo en El Molinón. A Valverde es obvio que no le gustó un pelo lo que vio, el equipo salió espoleado ante el Barça y el choque ante el Depor sea antojaba vital. Por mucho que fuera la tercera jornada.

Como sucedió hace un par de temporadas, en la 2014-15, pero en aquella ocasión en la fecha novena del campeonato –sólo una victoria–, el Athletic acudía a A Coruña como entonces lo hacía a Almería. Allí, un solitario gol de potra de Etxeita salvó los muebles del equipo en un soporífero partido. Esta vez, un golazo de Raúl García hizo lo propio en otro duelo para olvidar de los rojiblancos. Ernesto Valverde se olía las crónicas del lunes nada más sentarse en sala de prensa y de ahí que su «estamos muy, muy, muy contentos» sonara a envido, a digáis lo que digáis, escribáis lo que escribáis, en el vestuario estamos como un niño con zapatos nuevos. «Lo más importante era sumar porque estábamos últimos», fue su lectura sin querer entrar en debates sobre el juego o la imagen tan justita que ofrecieron sus jugadores a pesar de que pudieran aguantar la ventaja. Y todo tras una semana para prepararse a conciencia.

No hay ni ayer ni mañana

Que el equipo sigue sin frescura en el juego es una evidencia. Que hay futbolistas lógicamente lejos de su mejor nivel es asumible. Que una victoria ante el colista Valencia podría enderezar la nave –«empezar bien te impulsa, te da confianza, todo es más sencillo», decía antes de medirse al Sporting–, totalmente cierto. Que un descalabro europeo ante un Sassuolo que no es ninguna perita en dulce ahondaría las críticas, también.

En la primera campaña de Marcelo Bielsa los resultados iniciales no acompañaron, pero partido a partido se dejaba entrever el fútbol propuesto y la evidente mejora. Se trataba de verlo, de intuir lo que estaba por venir, de dar ese voto de confianza. El mismo que se ha ganado Valverde, sabedor eso sí que en su cuarto año va a ser más exigido y en aras de este fútbol express evaluado cada partido, sin un ayer ni un mañana. Txingurri lo sabe, no lo acepta y se defiende.

Vesga y Yeray, felices y renovados hasta 2019

Aritz Aduriz lo decía la semana pasada, «hemos fichado gente del filial y, para nosotros, eso es oro». Mikel Vesga y Yeray Álvarez, dos de los cachorros que han dado el salto al primer equipo este curso –el primero ha debutado–, firmaron ayer su renovación hasta 2019, con sendas cláusulas de 30 millones de euros. «Es una gozada, estoy muy contento. No lo esperaba y estoy contento y agradecido por todo lo que me está pasando», reconocía el mediocampista gasteiztarra, que llegó a Lezama en 2015. «Es lo que quieres desde pequeño y estoy muy, muy contento. A cada uno le llega su momento. No tengo prisa por debutar. Esta temporada hay muchos partidos y cuando quiera el mister, ahí voy a estar», apuntaba el central, desde los 13 años de rojiblanco. Ahora, se trata, dicen, de seguir el ejemplo de Lekue o Sabin Merino, aprovechar el año y «que en mayo se vea la diferencia». Felices y renovados.J.V.