El hospital M10, atacado ayer en Alepo, fue golpeado con bombas de racimo y quedó totalmente fuera de servicio, según confirmó a Efe un portavoz de la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS), que presta apoyo a ese centro. Explicó que el hospital , uno de los más grandes del este de la ciudad, fue bombardeado con dos barriles de explosivos, que contenían bombas de racimo y que impactaron en la entrada y la parte trasera del mismo. Ahora solo quedan cinco hospitales en funcionamiento en los distritos asediados.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) había informado de que aviones de combate no identificados atacaron los alrededores del M10, lo que provocó un muerto y daños materiales en el centro.

El 22 de setiembre, las fuerzas gubernamentales sirias, respaldadas por la aviación rusa, retomaron su ofensiva sobre Alepo en un intento de arrebatar a los rebeldes el control de los barrios en su poder, días después del fin de la tregua de una semana en todo el país. Esta ofensiva, con intensos bombardeos que han matado a decenas de civiles y causado una destrucción masiva, ha permitido a Damasco ganar terreno en el centro y norte de la ciudad, dividida desde 2012 y convertira en el frente principal del conflicto sirio.

Unas 250.00 personas, entre ellas 100.000 niños, viven en los barrios en manos insurgentes y sufren, según la ONU, «el peor desastre humanitario jamás visto en Siria».

Los esfuerzos diplomáticos para restablecer un alto el fuego en Siria parecen completamente atascados aunque EEUU, que apoya a la oposición armada, dijera el viernes que el diálogo con Rusia aún no está muerto.

El Ministerio ruso de Exteriores advirtió ayer de que cualquier agresión directa de EEUU contra Damasco y el Ejército sirio «llevará a peligrosos cambios tectónicos no solo en el territorio de este país, sino en la región» de Oriente Próximo, y subrayó que es de suma importancia seguir comprometidos a los acuerdos alcanzados entre Rusia y EEUU sobre Siria.

Alepo volvió ayer a ser el escenario de una intensa ofensiva distinguida por nuevos bombardeos efectuados por aviones de combate rusos sobre zonas rebeldes mientras el Ejército sirio y otras fuerzas afines al régimen sirio seguían avanzando hacia la Ciudad Vieja, uno de los bastiones de los rebeldes.

Los bombardeos rusos fueron dirigidos contra las líneas de suministros de los rebeldes, concentradas en la carretera de Castello y Malá. Mientras, la ofensi- va por tierra del Ejército se centró en el barrio de Suleiman al-Halabi, justo delante del frente abierto en la Ciudad Vieja.

Armas con consecuencias devastadoras para población

La ofensiva aérea del régimen sirio y su aliado ruso contra distritos rebeldes de Alepo ha motivado acusaciones de «crímenes de guerra» debido al supuesta utilización de sofisticadas armas contra zonas densamente pobladas. La ONU refirió el uso de bombas incendiarias y bombas antibúnker, y se ha informado varias veces –la última, ayer– de la utilización de bombas de racimo. Todas estas armas son devastadoras en zonas urbanizadas, con daños colaterales casi inevitables para la población civil.

Las bombas antibúnker se utilizan para destruir estructuras subterráneas y son capaces de perforar un búnker.

Las bombas incendiarias, que pueden contener napalm o fósforo, provocan incendios y pueden causar graves quemaduras. Se emplean para marcar blancos o provocar cortinas de humo.

Las bombas de racimo liberan miles de fragmentos al explotar. Se sospecha que matado o mutilado a más de 50.000 personas en todo el mundo en los últimos 50 años y están prohibidas a nivel internacional.

Los barriles-bomba son artefactos explosivos improvisados, que por lo general consisten en un barril lleno de gas, otros combustibles y chatarra, que se deja caer desde el aire.GARA