Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «100 metros»

Un drama sobre superaciones sin excesivo recorrido

Hace cuatro años, Marcel Barrena filmó un intenso documental titulado “Món Petit” en el que narraba la odisea compartida por una joven pareja –él parapléjico– que decide abandonar Barcelona y viajar a Nueva Zelanda. Un viaje en el que la falta de dinero fue suplida por un caudal de simpatía y mucho esfuerzo. Aquella apuesta podría servir de ejemplo a lo que ahora, en clave de ficción dramática, nos propone el propio Barrena en “100 metros” ya que lo que en el documental  asomaba con naturalidad, en esta ocasión –y con actores de por medio–, emerge un sospechoso aroma a artificio.

La trama está basada en un caso real y en ella se pretende narrar una odisea personal protagonizada por un joven al que le fue diagnosticada una esclerosis múltiple. Llegados a este punto, el protagonista mantiene en su cabeza un único propósito, dinamitar el diagnóstico de sus médicos los cuales le advirtieron que no podría recorrer a pie ni tan siquiera 100 metros. Los cien metros aludidos se convierten en la meta amplificada que quiere superar el protagonista y para ello se embarca en la prueba deportiva más dura del planeta.

Nada cabe reprochar a las intenciones que alberga el guion, lo malo es que el cineasta adopta un estilo legado por los típicos folletines estadounidenses sobre superaciones personales y en su empeño por otorgar simpatía al conjunto, el firmante de este filme ha contratado los servicios de Dani Rovira para un rol protagonista que le viene muy grande. En su empeño por subrayar ese efecto “vitalista”, Karra Elejalde también se asoma a escena para ejercer labores de simpático suegro –o escudero– del personaje encarnado por un Rovira que vuelve a fracasar en su empeño por dejar a un lado su registro más cómico.