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Al menos siete muertos en la represión de protestas por reformas en Bagdad

Las protestas lideradas en Bagdad por el movimiento de Moqtada al Sadr para reclamar reformas, sobre todo en la ley electoral, acabaron con la muerte de siete personas, cinco manifestantes y dos policías, después de que la multitud intentara acceder a la Zona Verde.

Al menos siete personas murieron en las protestas del movimiento de Moqtada Al Sadr para reclamar reformas al Gobierno iraquí. Cinco de los muertos eran civiles y los otros dos, miembros de las fuerzas de seguridad. Además se produjeron alrededor de 200 heridos, la mayoría debido los gases lacrimógenos lanzados por la Policía, que también utilizó balas. Once de ellos sufrían heridas graves.

Miles de manifestantes, sobre todo partidarios del líder chií Moqtada al Sadr, se habían concentrado en la plaza Tahrir, en el centro de Bagdad, para reclamar reformas electorales antes de las elecciones locales previstas paras setiembre.

También reclamaron mejores servicios públicos, a la vez que acusan a los políticos iraquíes de corrupción y nepotismo.

Tras varios discursos, algunos manifestantes intentaron franquear un cordón policial que cortaba la carretera que lleva a la Zona Verde, la zona con estrictas medidas de seguridad donde se encuentran las sedes de las instituciones estatales, embajadas y la comisión electoral.

Al Sadr, uno de los líderes de la resistencia contra la invasión de EEUU en 2003 que en los últimos años ha hecho bandera de la petición de reformas, había dado luz verde a sus seguidores para intensificar su movimiento de protesta.

«Si quieren acercarse a las puertas de la Zona Verde para afirmar sus reivindicaciones y que las oigan los del otro lado de la valla (...) pueden (hacerlo)», afirmó el clérigo chií en un comunicado, y animó a los manifestantes a permanecer ahí hasta la puesta de sol, aunque les pidió que no intentaran entrar en la zona fortificada.

Tras conocer los violentos sucesos pidió a su seguidores «una retirada táctica».

En su comunicado, instó al primer ministro, Haider al Abadi, a «introducir reformas enseguida, escuchar la voz del pueblo y deshacerse de los corruptos». «Los manifestantes solo pedían la sustitución de la comisión electoral porque creen que está controlada por los partidos en el Gobierno», explicó su portavoz, Jawad al Jiburi.

Elecciones y corrupción

Ya el miércoles un grupo de personas se había congregado a proximidad de la Zona Verde para mostrar su descontento con el Gobierno, y el viernes cientos de iraquíes habían llenado las calles de varias ciudades del sur del país. Los manifestantes sostienen que la ley electoral beneficia a los grandes partidos a los que acusan de corrupción y nepotismo y que la comisión electoral no es independiente.

Las elecciones de setiembre se consideran un barómetro antes de las legislativas de 2018.

Las protestas se interrumpieron el pasado octubre, cuando el Gobierno lanzó la operación contra el Estado Islámico en su bastión de Mosul.

El comité encargado de organizar estas protestas, que agrupa a varias organizaciones, entre ellas la de Al-Sadr, amenazó con hacer una acampada hasta la disolución de la comisión suprema electoral.