Alberto PRADILLA
IRUÑEA
Entrevue
IÑIGO MEJUTO
DIRECTOR DEL PROYECTO «ZUBIAK AHOTSAK»

«Hay que trabajar la paz desde otros ámbitos que no sean solo los estados»

Nacido en Bilbo en 1985, cursó estudios de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid y actualmente es profesor de Derecho en la Universidad Metropolitana de Quito, en Ecuador. Pero además dirige el proyecto «Zubiak Ahotsak», con el que está recorriendo América Latina.

Dice la tradición que en cualquier lugar del mundo debe haber un vasco. A Iñigo Mejuto (Bilbo, 1985) le ha tocado Quito, donde ejerce como profesor de Derecho en la Universidad Metropolitana de Ecuador. También dirige el proyecto «Zubiak Ahotsak», que ahonda en la integración regional y la cultura de paz a través de dos trayectos que se realizarán entre este año y el próximo. Su inspiración es el «peace boat», una embarcación japonesa que anualmente realiza dos viajes para denunciar la proliferación de armas nucleares. En su caso, el viaje es por tierra. En febrero partió de camino a México D.F. y, hasta el momento, el grupo ha pasado por Colombia, donde celebró conversatorios en la Universidad de Popayan y la de Antioquia; Panamá, donde mantuvo un encuentro con el pueblo indígena Kuna; y Costa Rica.

¿En qué consiste el proyecto Zubiak Ahotsak?

Lo que pretende, en primer lugar, es construir puentes entre el pensamiento global y la acción local a través de un viaje que va a ser inédito en la historia de la educación superior de América Latina. Se van a realizar dos viajes por tierra contando con el apoyo de diferentes universidades y organismos internacionales. Buscamos fomentar la integración regional y la cultura de paz a través de conversatorios, todo ello en el marco del Año Internacional por el Entendimiento Global, que es 2016, cuando presentamos el proyecto en Cienfuegos, en Cuba. También tomamos en cuenta el año Internacional del Turismo Sostenible, que es 2017, y pensando en el 50 aniversario de la declaración Universal de los Derechos Humanos, que será el próximo año. La presentación ya fue en 2016, de febrero a abril viajamos desde Quito a México D.F. y en 2018 desde Quito hasta Argentina, con lo que completaríamos toda la geografía de América Latina.

¿Cuáles son los objetivos de la iniciativa?

En cuanto al impacto, se resume en las siguientes ideas: queremos construir una red académica de impacto a nivel mundial en temas de cultura de paz y resolución de conflictos. Ahí van a participar instituciones como la Universidad de Naciones Unidas para la Paz, la UNAM o la Universidad de Antioquia, así como la Universidad Central de Ecuador. También vamos a grabar un documental con los dos viajes y un libro que será publicado en 2019.

Ha mencionado la creación de una red de académicos por la promoción de la cultura de la paz, ¿en qué se concreta?

La red de académicos se va a llamar «Bakea Abya Yala». El nombre une dos culturas, la vasca y la kuna (ubicada en Panamá) y representa la conexión entre una de las culturas más antiguas del continente europeo y una de las más antiguas del americano. Por un lado, bakea significa paz en euskara, que es la lengua más antigua de Europa. Por otro, abya yala quiere decir «tierra en plena madurez» en lengua kuna y supone la resignificación del concepto de América Latina para los pueblos originarios. No solo tratamos de unir diferentes culturas para el desarrollo y aprendizaje mutuo, sino que también queremos conjugar los pilares de nuestra iniciativa: integración latinoamericana y cultura de paz. En mi caso, también creo que es importante explicar cómo en tiempos de crisis Ecuador nos ha acogido. Es algo que se le debe a América Latina. Por ejemplo, yo llevo más de seis años en este continente, aunque va más allá. Este es el modo de unir puentes y voces.

América Latina está viviendo ahora un proceso de paz histórico como es el colombiano. ¿De qué manera han abordado esta cuestión?

Por un lado hemos tratado sobre todo el tema de las conversaciones que está acogiendo Ecuador entre el Gobierno colombiano y el ELN. Aunque también hemos querido abordar la trayectoria del conflicto. Apostamos por un concepto que es la diplomacia multilateral. Es decir, nos planteamos qué papel juegan los profesores, los investigadores y las universidades en la resolución de conflictos y, por otro, qué se puede hacer al margen de la diplomacia convencional de los estados, que parece que en el siglo XXI está bastante caduca.

¿Qué otros conflictos tienen intención de abordar?

Por ejemplo, en el caso de México vamos a hablar de la importancia que tienen los Caracoles Zapatistas. Hay que recordar que en 2018 tienen prevista una asamblea en la que es posible que, por primera vez, una mujer sea elegida como próxima presidenta y sea indígena originaria. También vamos a hablar sobre la temática de los 43 de Ayotzinapa. En Guatemala vamos a centrarnos sobre la importancia de Rigoberta Menchú, y en El Salvador abordaremos importancia de los procesos de paz. No obstante, el grueso de las actividades serán en Colombia y Costa Rica, donde ahora nos encontramos. No se puede olvidar que aquí está la Universidad de Naciones Unidas para la Paz y tiene gran impacto para nuestro proyecto.

También hace una mención a Euskal Herria, donde actualmente se vive un bloqueo desde que ETA cesó su actividad armada hace cinco años. ¿De qué manera puede aportar América Latina en la resolución del conflicto vasco?

Por ejemplo, desde Colombia se puede aprender, porque después de 50 años pueden abrirse vías. Recordemos que hace tiempo, el propio presidente, Juan Manuel Santos, afirmó no ver ningún problema en el acercamiento de presos. También hablaremos en algún conversatorio sobre la importancia de Aiete y de la diplomacia multilateral, donde intervienen diversos actores. Tenemos el caso paradigmático de cómo ETA dejó en manos de la sociedad civil el desarme y varias personas fueron detenidas, siendo la sociedad civil uno de los agentes. Hay que trabajar la paz desde otros ámbitos que no solo sean desde los estados. También creo que es una buena oportunidad de dar a conocer la lengua y la cultura vasca en clave de valores de resolución de conflictos.