Miren SÁENZ
DONOSTIA

Se va Juanmi Gutiérrez

El cineasta y documentalista guipuzcoano Juanmi Gutiérrez, autor de una amplia filmografía con muchos de sus títulos en euskara y temática diversa, falleció ayer a los 73 años de edad a consecuencia de las complicaciones derivadas de una reciente operación quirúrgica.

A Juanma Gutiérrez la muerte le sorprendió recién concluido su último trabajo, “Paseko txoriak”, un documental sobre Irungo harrera sarea, la red de apoyo y acogida a inmigrantes a su paso por Euskal Herria que pensaba estrenar en el próximo Festival de Cine y Derechos Humanos.

Al cineasta de Errenteria se le pudo ver cámara en mano en la manifestación por los derechos de los migrantes del pasado 26 de enero entre Irun y Hendaia, captando imágenes para el que ya será su legado póstumo. Para entonces el documental ya estaba prácticamente terminado pero el realizador pensaba incluir alguna secuencia, después de recopilar material en Irun, Baiona u Oñati desde octubre hasta finales de enero. Gutiérrez, incluso, había enseñado el resultado de su trabajo a varios de esos voluntarios que le hicieron de enlace y ayer se desayunaron con una noticia inesperada.

Gutiérrez pertenecía a esa clase de cineastas de medios modestos a los que les toca hacer de todo, por lo que en sus películas además de la dirección podía abarcar otras funciones como en “Bozes lexanas (2005)” en la que se encargaba de la dirección, producción, fotografía, montaje y además firmaba el guion. Sin llegar a tanto, en otras de sus obras doblaba tareas, como en el reciente “Baúles”, estrenado en la última edición de Zinemaldia, donde se encargó de la dirección, la fotografía y el montaje.

El realizador oreretarra, que comenzó en el celuloide rodando cortometrajes en Super-8, cultivó sobre todo el documental. Sus productos, alejados de las salas comerciales, encontraron sitio en certámenes o casas de cultura. Por eso se mostraba agradecido a Zinemaldia, del que era un ferviente espectador y un asiduo participante. En Zinemira, la sección de películas vascas, llegó a presentar cinta hasta en diez ocasiones.

Siempre el cine

Aficionado a un arte que terminó siendo su oficio y que vivió en casa desde niño –su padre organizó el primer cine club de Errenteria y a su madre le describió como una gran contadora de historias– cursó estudios de cine en la Escuela INSAS de Bruselas y llegó a montar un cine club en El Congo.

Exjesuita y experiodista de Herri Irratia; terminó ingresando en HABE, donde se dedicó a realizar audiovisuales didácticos para la enseñanza del euskera a adultos, entre ellos el método Bai Horixe. El celuloide y la imagen siempre estuvieron en esa vida que se acaba de apagar: escribió y dio clases sobre él y fue presidente de la sección de cine de Eusko Ikaskuntza.