Amaia U. LASAGABASTER

Media sonrisa en un derbi triste

Eibar y Athletic sellan con tablas un partido sin mucho juego pero al que dieron emoción los goles y los vaivenes en el marcador. El punto permite a los azulgranas acabar con su mala racha y alejarse mínimamente del descenso.

EIBAR 2

ATHLETIC 2


El fútbol regresó a Ipurua con otro derbi triste, en el que el escaso color y calor llegó de los poblados balcones de las torres que escoltan la Tribuna Norte. Pero esta vez, al menos, los dos rivales pudieron acabar con media sonrisa un encuentro que, a falta de vistosidad en el juego –complicado en estos partidos y más aún en estas circunstancias–, tuvo goles y vaivenes en el marcador, y repartió puntos a los que Eibar y Athletic pueden mirar con cierta satisfacción.

Más porque lo sumó cuando ya casi parecía imposible que por sus consecuencias clasificatorias el equipo rojiblanco, que tiene mucho terreno que recortar para alcanzar su objetivo europeo. Al Eibar, que tuvo más y mejores minutos que su rival, el resultado le viene mejor en ese sentido, aunque de nuevo se deba tanto, o más, a los tropiezos de sus rivales. Con el punto, que además acaba con su mala racha tras haber encajado tres derrotas consecutivas, el equipo armero aumenta a tres su ventaja sobre el descenso.

Ni José Luis Mendilibar ni Gaizka Garitano quisieron tocar demasiado los equipos que habían reiniciado la competición el fin de semana. Apenas cuatro cambios registró el once local –Cote, Escalante, Pedro León, Enrich–, que regresaba al dibujo con doble delantero, y menos aún el vizcaino, en el que Larrazabal y Vesga sustituyeron a Williams y Unai López sin demasiado éxito.

El partido se puso de inmediato de cara para el Athletic, gracias al penalti que Prieto Iglesias –muy corto de vista ayer–, con ayuda del VAR, pitaba en el siete. Algo parecido a lo que sucedió en el derbi anterior en Ipurua, ante la Real, aunque el guión, por fortuna para los armeros, cambió a partir de ese momento. Les costó sacudirse el disgusto pero en cuanto apretaron, restablecieron el empate con un remate de Kike que acabó con el balón en la portería y la nariz del ariete sangrando.

Quedó el partido huérfano un buen rato, hasta que el Eibar, al filo del descanso, apretó el acelerador. Siguió mandando a la vuelta de vestuarios, pese a que la entrada de Williams generó cierta tensión en el área local. Pero su equipo se veía perdido ante un rival que acumuló argumentos hasta que otro penalti eterno –cinco minutos necesitó el árbitro para pitarlo– permitió a Orellana marcar el 2-1.

La alegría le duró lo justo. En la primera acción tras la pausa de hidratación, Villalibre hizo el empate con el primer balón que tocó, frustrando a un Eibar que amagó con la victoria pero tuvo que confomarse con el punto.

Azkargorta y Garitano coinciden en ver dos partes diferentes

Con José Luis Mendilibar expulsado, a Andoni Azkargorta le tocó ejercer de primer entrenador también en sala de prensa, donde reconoció que las alternativas se habían dado en el marcador y en el juego. «En la primera parte, sin estar mal nosotros, ellos han entrado mejor y luego hemos ido cogiendo la medida poco a poco. En la segunda también ha habido un momento que se ha puesto peligroso porque se ha empezado a romper y el Athletic nos buscaba la espalda con la velocidad de Williams pero hemos sabido ponernos bien en el campo y estar mejor. En la segunda parte hemos estado mejor», insistió.

«La pena», reconocía, es que el empate llegó «justo después del 2-1 y eso hace que el punto pueda saber a poco». Pero prefería «valorar el punto porque sumar ahora es importante y también hemos sabido voltear antes el marcador. Tenemos un punto más, queda un partido menos y además lo bueno es cómo está el equipo, que teníamos dudas y ha competido muy bien. Si competimos así de aquí al final, estaremos cerca del objetivo».

Para alcanzar el suyo, el Athletic necesita competir pero también «sumar de tres en tres», admitió Gaizka Garitano, que también vio dos partes en el partido. «Hemos empezado muy bien pero en la segunda parte hemos sufrido más», aseguró, al tiempo que consideraba que «hemos estado mejor sin balón que con balón». A.U.L.