Raimundo Fitero
DE REOJO

Pestilente

Aunque los cielos se abran y vomiten rayos, insultos o toneladas de cemento o cal viva, la detención de tres altos cargos de la empresa que gestiona el vertedero de Zaldibar, provoca una extraña sensación. Por los meses transcurridos, por los motivos que se indican para esa detención, por lo que tiene de confuso todo este asunto que se expresa de manera trágica en los dos trabajadores desaparecidos en un alud de mierda, sin que se hayan encontrado todavía sus cadáveres, y que la respuesta del Gobierno Vasco sigue siendo reprochable por su poca fiabilidad y evasión de responsabilidades, por las formas, por lo que tiene de confirmación de una idea de gestión de las basuras que se basa en lo mercantil y no en el servicio adecuado, la salud general en el entorno y la seguridad de sus trabajadores. Se mantiene un viejo hedor pestilente, como a corrupción endémica.

Todavía no se acaba de entender bien si lo que se pactó en Bruselas es algo bueno, malo o regular. Hay una euforia que me huele a impostada. Incluso dicen encocorados que es un día histórico, un acuerdo de los más importantes jamás firmado y hasta llegan a pronunciar casi con un do de pecho que estamos ante una refundación de la Unión Europea. Vamos a ver qué sucede en los próximos meses, porque si tomamos el pulso de su importancia, fijándonos en el cabreo de la banda del holandés ignorante de Casado, no hay por dónde orientarse. Se nota que Zipi, sin Zape, se mengua. Y como tiene al pistolero de Amurrio siempre dispuesto a dejarle espacio en la derecha extrema, su incapacidad para decir en un discurso dos frases coherentes es manifiesta, le deja a Pedro Sánchez siempre los balones bien centrados para que remate de cabeza o de espuela y a Pablo Iglesias y los suyos se les está poniendo carita de adorno folclórico y saco de las hostias.