Iñaki IRIONDO
GASTEIZ
DÍA DE LA MEMORIA EN LA CAV

El Día de la Memoria sigue todavía sin concitar un recuerdo común

El Día de la Memoria de la CAV sigue sin concitar un recuerdo común del pasado y del presente de las violencias en Euskal Herria. No solo es que la derecha española, más o menos extrema, se excluya de los actos institucionales, sino que los propios discursos oficiales siguen siendo, en general, desequilibrados entre unas y otras víctimas habidas.

Se conmemoró ayer el undécimo Día de la Memoria en la CAV, una jornada de recuerdo a las «víctimas del terrorismo», que arrancó en 2010 durante el mandato de Patxi López como lehendakari, pero con el apoyo expreso de PNV y PP. Entonces la izquierda abertzale estaba ilegalizada y Eusko Alkartasuna y Aralar –que tenía como portavoz parlamentaria a Aintzane Ezenarro, hoy directora de Gogora– no apoyaron los actos porque creían que serían parciales mientras no hubiera reconocimiento para todas las víctimas de todas las violencias. Arantza Quiroga, presidenta del Parlamento, no tardó en darles la razón, el primer año con un discurso parcial, el segundo con un ramo de flores limitado y el tercero, como presidenta en funciones, suspendiendo el acto para impedir la participación de EH Bildu.

En estos diez años ha cambiado la correlación de fuerzas en el Parlamento y entre la ciudadanía de la CAV, pero el Día de la Memoria sigue sin concitar un recuerdo común del pasado y del presente de las violencias en Euskal Herria.

Ahora son las derechas españolas, extremas o más extremas, las que se excluyen ellas mismas de los actos institucionales de la jornada, con argumentos que cada vez tienen un menor predicamento en estas tierras, como se está comprobando elección tras elección.

Sin embargo, pese a que el resto de grupos asistan a los actos institucionales, únicamente es preciso profundizar un poco para saber que no comparten alguno de los discursos que se pronuncian.

Ofrenda floral

El primer acto institucional tuvo lugar en el Parlamento de Gasteiz. Su desarrollo fue similar al de años anteriores, aunque con restricciones de asistencia por culpa de la crisis del covid-19. Hubo una ofrenda floral ante la escultura “Gauerdiko Iparrorratza-Brújula de Medianoche”, una obra de Cristina Iglesias que se presenta como dedicada a las víctimas y que se encuentra junto a la entrada principal de la sede, junto a la que se encendió un pebetero.

Mientras un cuarteto de la Ertzaintza interpretaba el “Lurraren pean sar nindaiteke”, de Aita Donostia, representantes políticos de todos los grupos, salvo los de PP-Cs y Vox, depositaron rosas blancas. Para acabar sonó el “Agur Jaunak”.

Urkullu solo cuenta un lado

El Gobierno de Lakua convocó, por la tarde, en la sede del Instituto Gogora, en Bilbo, su acto oficial del Día de la Memoria, bajo el lema: “Atzera begiratu, Aurrera jarraitzeko/Mirar hacia atrás, para seguir adelante”, enfocado especialmente hacia la juventud, quizá porque recientes estudios demoscópicos han mostrado que no recuerdan hitos históricos para el relato oficial contra ETA que sucedieron hace más de veinte años.

Intervino la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, que dio la palabra a dos jóvenes, Ainhize San Andrés y Joanes Atxa, de 20 y 21 años de edad, que compartieron su reflexión sobre la necesidad de conocer el sufrimiento padecido por las víctimas del «terrorismo» y la violencia en la historia reciente del país.

En su discurso, el lehendakari Iñigo Urkullu aseguró que «las y los jóvenes tienen el derecho y, también, el deber de conocer». Añadió que «las generaciones jóvenes tienen el derecho a saber que en este país se mató por pensar diferente, que existió el terrorismo de ETA y que provocó más de 850 víctimas mortales. Derecho a saber que hubo otros terrorismos y vulneraciones de derechos humanos que se produjeron al amparo de estamentos del Estado. Derecho a conocer y derecho a participar, a aportar su visión».

Resulta llamativo que el lehendakari tenga números sobre las víctimas de ETA y no ofrezca en su alocución las cifras –con lo que ello tiene de cercanía– de las víctimas producidas por las organizaciones de extrema derecha y paraestatales, las víctimas de la tortura o las víctimas de las decenas de miles de detenciones forzadas, puesto que todas ellas se encuentran oficializadas en documentos del propio Ejecutivo.

Actos propios de la derecha

El presidente del PP y del grupo parlamentario PP+Cs, Carlos Iturgaiz, no acudió a los actos institucionales y celebró un homenaje propio de su partido en el monumento de Agustín Ibarrola erigido en Gasteiz en recuerdo de las víctimas.

Iturgaiz acusó al Gobierno de Lakua de pretender «blanquear» a EH Bildu, a los «esbirros de los etarras», al permitir a esta coalición estar en actos por las víctimas cuando la víspera aseguró que homenajeaba a un expreso de ETA. (Ver comentario en esta misma página).

Por su parte, la única parlamentaria de Vox en la Cámara autonómica, Amaia Martínez, defendió ante el monolito en memoria de las víctimas de Bilbo, que el Día de la Memoria debe ser un homenaje «para las víctimas del terrorismo» y para «decir ‘no’ al blanqueamiento de ETA» y no para «equiparar todo tipo de violencias» como se hizo, a su juicio, en la ceremonia institucional del Parlamento de Gasteiz.

Hubo también actos de conmemoración del Día de la Memoria en otras instituciones provinciales y municipales, con diferentes enfoques en algunos casos.