Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
CRISIS DEL CORONAVIRUS

La mejora se estanca y la incidencia semanal crece tras un mes a la baja

La incidencia semanal del covid-19 creció el jueves en Hego Euskal Herria, de forma leve pero suficiente para romper la tendencia que se mantenía desde hacía más de un mes. Otros indicadores, como la positividad, la razón de tasas y el número reproductivo básico también apuntan a un estancamiento de la mejora en pleno proceso de desescalada.

Traslado de un paciente en ambulancia. (Gorka RUBIO / FOKU)
Traslado de un paciente en ambulancia. (Gorka RUBIO / FOKU)

Varios indicadores apuntan a que la mejora epidemiológica iniciada a mediados de abril en Hego Euskal Herria empieza a estancarse. El más importante, porque no exige interpretación, es el número de contagios detectados, que por primera vez en más de un mes ha sido mayor este jueves que el mismo día de la semana pasada; 468 por 463.

Es un incremento muy leve y apenas se nota en la tasa de incidencia semanal, que pasa de 98,07 casos por cien mil habitantes a 98,25, pero parece indicar un frenazo en esa buena tendencia, que se produce doce días después del final del estado de alarma y del levantamiento de algunas de las principales medidas preventivas contra el covid.

El aumento no se da en todos los herrialdes, pues Bizkaia y Araba siguen mejorando sus datos respecto a la semana anterior, a diferencia de Nafarroa y Gipuzkoa. En este herrialde, los 133 nuevos casos notificados son 22 más que los del jueves de la semana anterior, mientras que en Nafarroa la subida es de solo dos contagios: 72 en el último informe y 70 siete días antes.

Ese ligero empeoramiento semanal aún no tiene reflejo en la incidencia acumulada en 14 días, que baja hasta 228 casos por cien mil habitantes en Hego Euskal Herria, diez menos que la víspera. Esto se debe a que los registros de hace dos semanas siguen siendo bastante peores que los actuales, pero si el repunte se mantuviera en el tiempo empezaría a afectar a ese parámetro en los próximos días.

Otros datos que van a peor

Y no sería sorprendente que ocurriera, porque además de la incidencia semanal hay otros elementos que apuntan en esa dirección, si no de empeoramiento sí de un estancamiento.

La tasa de positividad, por ejemplo, creció un punto respecto a la jornada anterior y ayer estaba en 4,96%, rozando por tanto el límite a partir del cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la transmisión está descontrolada.

De hecho, en la CAV, la tasa de positividad alcanzó el lunes su punto más bajo desde el mes de julio, un 2,9%, y desde entonces no ha dejado de subir, hasta llegar al 5,1% en el último informe.

Asimismo, en el boletín de Osakidetza empeoraron los números referidos a la trazabilidad de los casos –siete décimas menos–; la razón de tasas –de 0,71 a 0,72–, y, sobre todo, el número reproductivo básico (Rt), que pese a mantenerse por debajo del 1, que marca la diferencia entre una situación pandémica en expansión o en recesión, ha pasado de 0,81 a 0,86 en 24 horas.

La subida se produce además en Araba, en Bizkaia y en Gipuzkoa, y en este territorio, que tras sufrir el mayor impacto de la última ola mejoraba a mayor ritmo que los demás, la Rt pasa de 0,76 a 0,84, un salto importante.

Precisamente, el subdirector de Salud Pública y Adicciones del Departamento de Salud de Lakua, Koldo Cambra, se refirió ayer a este indicador, cuyo incremento consideró que «no debe pasar desapercibido». «Es necesario conocer lo que ocurre en los próximos días para ver si realmente es un dato aislado o no lo es», valoró en rueda de prensa junto al viceconsejero, José Luis Quintas, quien destacó que «se ha observado una reducción sostenida de la incidencia» y los datos son «esperanzadores», pero advirtió de que «debemos seguir alerta», ya que todavía se está «lejos» del objetivo de 60 casos por 100.000 habitantes.

Los responsables del Departamento de Salud cometieron un error, pues hablaron de un descenso sostenido de la incidencia acumulada tanto en siete como en 14 días, cuando la incidencia en siete días no solo ha aumentado en Hego Euskal Herria, sino que también lo ha hecho en la CAV. En cifras casi anecdóticas, de 107,13 a 107,27, pero suficiente para enfatizar el mensaje de la necesidad de seguir alerta.

Y es que ayer mismo se difundió que Lakua está negociando con el sector hostelero la ampliación del horario nocturno, una opción sobre la que Bingen Zupiria, portavoz del Ejecutivo, declaró que los horarios en la hostelería y el cierre de txokos estarán vigentes hasta final de este mes y que «ese será el momento» para analizar si, en virtud de la situación sanitaria, se pueden flexibilizar las medidas.

Con menor cautela se expresó María Chivite, quien dijo desde la feria de Fitur, en Madrid, que «seguimos una tendencia clarísima de descenso» en la incidencia del covid-19 en Nafarroa.

Lo cierto es que esa tendencia ya no es tan clara; de hecho se ha roto respecto a los datos de la semana pasada, algo preocupante en un herrialde donde la desescalada se está desarrollando a mayor velocidad. Así, el aumento de los contagios se ha dado cuando aún no se ha podido notar el impacto de la apertura de los interiores en la hostelería.

Es pronto para hablar de un cambio de tendencia, pero hasta ahora a una situación de estancamiento como esta le ha seguido una nueva ola pandémica. La vacunación debería impedir que en esta ocasión el rebrote fuera tan fuerte, pero la tasa de inmunización colectiva aún es pequeña para evitar, si no se actúa con responsabilidad, que el virus vuelva a golpear con fuerza.